Esta etapa de tráfico entre la infancia y la edad adulta comienza, según el consenso científico, con la aparición de los primeros signos puberales, como la telerquía (crecimiento de los senos) en las niñas o el crecimiento testicular en los niños. Pero algo está ocurriendo porque los primeros signos de la pubertad se están avanzando.
El inicio de esta etapa es cada vez más temprana: las niñas de hoy comienzan a desarrollar el pecho (primer signo puberal) un año antes de lo que lo hacían sus madres, según un estudio internacional publicado en la revista Jama Pediatrics.
Obesidad y disruptores endocrinos principales responsables
Anders Juul, autor del estudio publicado en Jama Pediatricsy jefe del Departamento de Crecimiento y Reproducción del Rigshospitalet de Copenhague, recuerda que ya en un artículo de 2009 vieron esta tendencia: “En Copenhague descubrimos que la edad media de desarrollo de los senos había bajado de 11 años en 1991 a 9,9 años en 2006”. Una nueva revisión científica, después de analizar una treintena de estudios, calcula que la edad de la telerquía disminuye a razón de tres meses por década desde finales de los años setenta del pasado siglo y apuntan a la obesidad y a los disruptores endocrinos externos como los causantes de ese fenómeno.
La menstruación, señal de culminación de la pubertad, también presenta un avance paulatino, pero mucho menos significativo. Los expertos alertan de los riesgos para la salud a largo plazo si se sigue con esta tendencia.
¿Estamos ante una pubertad precoz?
Los cambios propios de la pubertad suelen empezar tanto en niños como en niñas a partir de los 10 años y ellas, con el botón mamario, suelen arrancar la pubertad a partir de los nueve años, explica Raquel Corripio, portavoz de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica: “Entre los nueve y los trece años, el 99% de las niñas presentan algún cambio puberal. Tan normal es hacerlo a los nueve, como a los 10 o a los 11”. Eso sí, por debajo de los ocho (de los nueve si son niños), se considera una pubertad precoz y requiere un estudio médico para decidir si necesita o no tratamiento.
En este caso, la comunidad científica no se refiere a la entidad clínica de la pubertad precoz como tal, sino que habla del tránsito de la infancia en la fase adulta. Los estudios constatan que esta transición, si bien sigue dentro de los cánones de normalidad, se inicia cada vez de forma más temprana, matiza Manuel Tena, jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Obesidad y Nutrición: “No son casos de pubertad precoz. Es un problema epidemiológico: aquí hablamos de que, desde el punto de vista poblacional, se avanza la edad de inicio del desarrollo mamario en las niñas”.
Pubertades más largas
Según Manuel Tena, se está observando "una disociación entre el inicio de la pubertad y la finalización". Hay una especie de “distorsión” en la progresión natural de esta etapa de transición, que solía empezar con la telerquía en las niñas —a veces, con el acné y también se suma la aparición de pelo público y axilar, pero no siempre— y finalizaba, en torno a dos años después, con la aparición de la primera regla. “Ahora las niñas entran en la pubertad antes, pero no menstruan antes. Así pues, se amplía el período de actuación puberal”.
En el caso de los niños hay mayor controversia. También se ve un avance del inicio de la pubertad, pero está menos estudiado, admite Corripio: “Parece que en los hombres está apareciendo de forma más avanzada el inicio de la pubertad. Pero está menos estudiado porque existen menos casos y es más difícil medir el indicador del crecimiento testicular”. Se considera que los niños arrancan la pubertad cuando el tamaño testicular es superior a cuatro mililitros. Tiene concuerda que puede haber un infradiagnóstico “porque el aumento del tamaño testicular es difícil de ver” y también una mayor exposición a factores estrogénicos puede tener un mayor efecto en los niños.
Obesidad como detonante
En las niñas, los expertos consultados apuntan a varios factores como causantes de este fenómeno. No hay certezas absolutas, pero todos coinciden en que la obesidad es un elemento clave: existe una correlación entre las chicas con un índice de masa corporal (IMC) más alto y un inicio más bien de la menarquía (primera regla) y la telerquía.
Basta con un aumento de peso repentino, matiza Lourdes Ibáñez, coordinadora de investigación clínica de Endocrinología del Hospital infantil Sant Joan de Déu de Barcelona, para detonar el inicio de la pubertad. Un aumento del IMC que suponga un cambio en el percentil ya puede generar una respuesta: “No hablemos de ser obeso. Un cambio de peso de tres kilos en un mes puede ser suficiente”, expone Ibáñez.
Tena coincide y alerta de que "un cambio de peso rápido cerca de la pubertad puede ser tan determinante como un sobrepeso sostenido". Una de las claves puede ser la leptina, una hormona que se produce en el tejido adiposo y actúa como una señal en el cerebro de que existen suficientes reservas energéticas para el comienzo de la edad reproductora. “En la ganancia de peso, existe una elevación de los niveles de leptina que indican en el cerebro que existe una masa grasa crítica para empezar la pubertad. Por eso, en niñas muy delgadas, la leptina es muy baja y se retrasa esta etapa”.
El impacto de los disruptores endocrinos
Juul sostiene que si bien las chicas con más sobrepeso maduran antes, "es probable que estén involucradas otras causas". En este caso señala a los disruptores endocrinos, sustancias químicas que están en el medio ambiente e imitan a las hormonas dentro del cuerpo. "Se hallaron niveles altos de ftalatos asociados a un inicio prematuro de la pubertad, pero no se pueden sacar conclusiones generales firmes de los estudios en humanos", matiza. La revisión publicada en Jama también recuerda quealgunos químicos, como DDT (diclorodifenilo-tricloroetano) y el DDE (diclorodifenildicloroetileno), también se han asociado con una pubertad más temprana.
El papel de la salud mental
Los expertos señalan también la salud mental como un tercer factor que puede influir en el avance del inicio de la pubertad. Ibáñez alerta de que el hipotálamo —la parte del cerebro que segrega a la hormona liberadora de gonadotropinas, clave para el desarrollo de la pubertad— es muy sensible al estrés y esto puede favorecer el inicio de la pubertad o inhibir la ovulación”. Corripio señala, por ejemplo, que la adopción es un factor de riesgo para tener la pubertad antes de tiempo. Otro estudio estadounidense también encontró una asociación entre la exposición al abuso sexual infantil y el inicio puberal más bien.
Tena advierte que el impacto de la salud mental "no está tan bien caracterizado como el papel de la leptina", pero señala que se ha visto que "en niñas de familias monoparentales, la activación puberal se acelera". “Los factores socioeconómicos son importantes. El estrés durante la infancia puede desempeñar un papel: la ausencia de un padre está asociada con la temprana pubertad en el niño”. En hijas de padres divorciados, también se halló que la menstruación aparece antes, y otra investigación con niñas de la ciudad de Srebrenica, donde se produjo una matanza durante la guerra de Bosnia en los años noventa, encontró que la edad de el inicio de la menarquía era más alta que en el grupo de control, que vivía en zonas pacíficas no ocupadas de Bosnia. En este caso, los investigadores concluyeron que “los traumas psicológicos, las lesiones físicas y el bajo nivel socioeconómico, provocados por los acontecimientos de la guerra, retrasan la edad de la menarquía”.
Los riesgos de una pubertad avanzada
El avance de la edad de la pubertad, en cualquier caso, tiene un impacto en la salud. Juul sostiene que "puede causar angustia psicosocial y aislamiento". “Los efectos a largo plazo de la pubertad temprana incluyen un mayor riesgo de síndrome metabólico y cáncer de mama”, apunta. Un estudio publicado en la revista Breast Cancer Research concluyó que “el desarrollo de los conductos mamarios puede ser un momento de mayor susceptibilidad al riesgo de carcinogénesis, y es necesario prestar más atención a la relación del riesgo de cáncer de mama con las diferentes etapas de la pubertad”.
Tena añade otros riesgos como una talla baja, más enfermedades cardiovasculares y metabólicas o problemas ginecológicos. También más trastornos psicológicos o psiquiátricos "por la disociación entre la maduración física y la psicológica".
Pese a sus eventuales efectos en la salud, los expertos consideran que este fenómeno no requiere intervención médica. No, al menos, como si fuera una pubertad precoz, para la que existe un tratamiento intramuscular para inhibir las hormonas que ponen en marcha la pubertad.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Durante el crecimiento, los niños pasan por diversas etapas, y también lo hacen sus dibujos, que nos pueden dar pistas sobre su comportamiento y personalidad.
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades. ¿Cómo podemos hacer que nuestros hijos sean optimistas?
Que nuestros hijos tengan una autoestima positiva y se sientan seguros de sí mismos es una de las principales preocupaciones de los padres a la hora de educar y no es una tarea fácil de lograr.
