Pautas para asegurar una alimentación saludable durante el confinamiento

Consejos para asegurar una alimentación saludable durante el confinamiento
1. Establezcamos una rutina diaria en casa
En un día normal, sin darnos cuenta, solemos realizar una serie de tareas muy bien establecidas: levantarnos temprano, ducharnos, vestirnos, desayunar, llevar a los niñas y niñas al colegio, ir a trabajar, almorzar, ir al gimnasio… la mayor parte de todas ellas se ha visto afectada e interrumpida ¿Y ahora qué hacemos?
2. Equilibrémonos: movimiento y alimentación
A lo largo de estas semanas, muchos son los que se han animado a hacer ejercicio frente al televisor o al ordenador, con la ayuda de vídeos y tutoriales de entrenamiento diario. Nuestro consejo para estos días es que procuréis moveros frecuentemente, haciendo pausas activas y estiramientos de vez en cuando, y equilibrando la alimentación, comiendo de forma variada, priorizando la presencia de frutas y verduras de temporada en tus comidas.

3. Involucremos a toda la familia en la cocina
Ahora es una buena oportunidad para trabajar en familia la gestión que conlleva la alimentación cotidiana. Comenzando, por supuesto, por dar buen ejemplo como padres o familiares, con ellos podemos empezar por trabajar la planificación de los menús semanales, escribiendo seguidamente la lista de la compra para que uno de los adultos vaya a comprar (cuando se necesite y siguiendo las pautas de seguridad), colaborando en la cocina teniendo en cuenta la edad y las habilidades del niño o niña, siempre tomando las medidas higiénicas correspondientes y necesarias en estos momentos, y poniendo y recogiendo la mesa o ayudando a poner le lavavajillas.

Todas estas son tareas que podemos plantear a los más pequeños como una oportunidad de mostrar sus propias opiniones, habilidades y responsabilidades. Por ejemplo, recordando los productos de temporada y explicando su relación con el paisaje de proximidad y el ciclo de las estaciones, comentando y consensuando con el resto de la familia qué platos se van a cocinar, intentando que los menús sean variados y equilibrados, haciendo cálculos matemáticos adecuados a su edad para saber qué cantidad de alimentos se van a necesitar para el número de personas que comen en casa, revisando si ya se dispone de ingredientes (siempre se nos queda algún alimento olvidado en el fondo de la alacena), poniendo en juego su creatividad culinaria y finalmente degustando y opinando sobre las recetas que se han cocinado, para ver cómo mejorarlas el siguiente día que se repitan.
Cómo veis, os proponemos multitud de tareas que harán que aprendan y adquieran competencias básicas para la gestión de su alimentación cuando sean adultos… Y, de paso, se distraerán.
Recordad que en la sección Recetas de FAROS encontraréis multitud de recetas para incorporar a vuestra planificación de menú semanal familiar y para que todos en casa entren en la cocina.