Cuentos

Griselda Romero es una niña con virtudes y defectos, como todos los demás niños y niñas. Es buena en matemáticas, jugando al baloncesto y es la mejor flautista de la Orquesta de Ciclo Medio de la Escuela del Caracol. Sin embargo, hay un defecto que Griselda conoce muy bien...es perezosa. 

Érase una vez un reino y su ejército, formado por hombres fuertes y victoriosos en combate, excepto por uno de los soldados. Toni era delgado y algo despistado; pero no por ello menos valiente. Y como en todos los reinos, tenían un enemigo. Un enorme y temible oso, que robaba toda la miel de los terrenos del reino, dejando en el pueblo sin postres que preparar.

Pablo era un niño muy impaciente que detestaba tener que esperar, ¡no lo soportaba! Y cuando su tía le dijo que pronto le llegaría un paquete desde China, Pablo iba cada día a la oficina de correos para recibir el paquete. Pronto se dio cuenta de que la paciencia era una gran cualidad a cultivar, porque las prisas y la impaciencia eran malas compañeras. 

Lía y Mía eran dos hermanas gemelas que todo el día estaban peleándose, discutiéndose y compitiendo por todo, pero claro, es que todo el mundo las había estado comparando siempre y había llegado un punto en que se sentían rivales. Sin embargo, un día, Berta, la niña de clase a la que todo el mundo le tenía miedo, le propuso un juego a Lía que acabó de la peor manera: ¡de urgencias en el hospital! A partir de ese momento, las dos hermanas aprendieron el valor de la amistad, a quererse y a compartir las cosas en vez de competir.