La vuelta al cole con salud y energía

Es importante recordar que la etapa escolar es un momento clave en el desarrollo tanto físico como mental de los niños y niñas y que por eso debemos pensar en la alimentación como el combustible principal para dicho desarrollo. Las necesidades energéticas se ven aumentadas durante la etapa de crecimiento y además el cerebro necesita un óptimo aporte de nutrientes para funcionar correctamente a lo largo del día. La fatiga, la concentración, el rendimiento o incluso las ganas y el estado de ánimo con el que afrontemos las clases se verán afectadas por nuestros hábitos alimentarios. Para que nuestro cuerpo y cerebro tengan un aporte de energía regular y suficiente, lo más recomendable es hacer 4-5 comidas al día (dependiendo de cada niño y sus rutinas, horarios y actividades).
Aquí van algunos consejos para una vuelta al cole con energía sana y, sobre todo, ¡riquísima!
Desayuno

- Tostadas de pan integral con queso fresco y un melocotón: recuerda que los productos integrales son importantes por su contenido en fibra que, entre otras cosas, ralentizan la digestión y por tanto darán sensación de saciedad durante más horas. Y ¡disfrutad de los últimos melocotones de la temporada!
- Yogur con cereales e higos: evita comprar cereales con demasiados azúcares y prioriza aquellos que sean menos procesados y más ricos en fibra. También podéis probar de prepararlos en casa, por ejemplo, ¡unos cereales tipo granola! Los higos, además de que es temporada y están buenísimos, pueden ayudar a endulzar y así evitar añadir azúcar.
- Tostadas de pan integral con crema de avellanas y plátano, y un vaso de leche: también podemos pensar en introducir fuentes proteicas vegetales, como en este caso los frutos secos.
Comida
Merienda
Lo más importante, es evitar los alimentos ultraprocesados, ya que son una fuente de grasa saturada, azúcares y sal, cuyo consumo habitual se relaciona con el desarrollo de la obesidad y otras enfermedades, a la vez que desplazan el consumo de alimentos saludables.
Cena
- Es recomendable comer un par de horas antes de acostarse y todos juntos en la mesa, sobre todo, evitando las pantallas ya que la luz de éstas nos dificulta la conciliación del sueño.
- Complementar las comidas con la cena: con la ayuda del menú semanal que proporcionan las escuelas, o el que se realiza en casa, podemos fácilmente preparar las cenas teniendo en cuenta lo que han comido al mediodía. Es interesante planificar en familia estas comidas para evitar al máximo los conflictos a última hora del día, cuando todos estamos más cansados.
- Existen alimentos que ayudan a conciliar el sueño con mayor facilidad, son aquellos que contienen triptófano y/o melatonina (hormona del sueño). Incorporarlos en la cena es una buena estrategia para fomentar un buen descanso: las carnes blancas como el pavo o el pollo, el pescado azul como las sardinas o la caballa, algunas frutas como el plátano o el kiwi, algunos cereales como el arroz, la avena y el maíz o algunos frutos secos como las nueces.