La niña que quería carbón, un cuento que rompe tópicos y trastoca conceptos

- Título: La nena que volia carbó (La niña que quería carbón)
- Texto e ilustraciones: Cristina Sardà
- Género: cuento ilustrado
- Edición: Eslabón
- Edad: a partir de 5 años
- Temática: la noche de Reyes, iniciativa, creatividad
Gemma es una niña que pide carbón a los Reyes. Decide que la mala fama de este mineral, tanta como para ser considerado un castigo para los niños que se portan mal, es injustificada. Para Gemma, el carbón es un regalo fantástico. Sirve para dibujar y tiene muchas otras utilidades muy importantes.
Pero, por supuesto, conseguir que los Reyes le traigan carbón la noche más mágica del año tampoco será cosa fácil: deberá tener un comportamiento ciertamente desagradable. Tendrá que esforzarse mucho y llevar a cabo un buen número de fechorías cuando sólo quedan seis días para la llegada de sus majestades.
¿Puede haber un planteamiento más excitante para un niño que un cuento repleto de fechorías de lo más alocadas?
La nena que volia carbó (La niña que quería carbón) es un cuento que rompe tópicos y trastoca conceptos: ¿Qué pasaría si una criatura quisiera encontrarse con una montaña de carbón al día siguiente de la noche de Reyes? ¿Qué mal comportamiento la haría merecedora de este estrambótico regalo?
Este planteamiento tan divertido nos trae una historia original. Nos despierta todo el interés para conocer su protagonista singular, Gemma, y la aventura que se vivirá. Porque por muchas travesuras que invente Gemma, que es buena niña de por sí, todo le saldrá mal. Es decir, no conseguirá hacer la puñeta a nadie con sus pillerías ya que no tendrán las consecuencias deseadas.
Sin embargo, finalmente, los Reyes Magos de Oriente complacerán a Gema. Porque ya se sabe que, poco o mucho, estos hombrecitos mágicos terminan haciendo felices a todos los niños.
La nena que volia carbó (La niña que quería carbón), escrito e ilustrado por Cristina Sardà, nos invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar de las ilusiones de los niños. Incluso cuando sus deseos se escapan de la comprensión de los adultos.
La fantasía de los niños funciona al margen y en un mundo paralelo al mundo de los mayores. Viven inmersos en un imaginario construido en coherencia desde y para su lógica. Respetando este hábitat de juego y ternura, los mayores les acompañamos en el camino de crear su propia identidad, de lo que los mueve a ser quienes son y hacer lo que hacen.
Cuento recomendado por:
Sandra Gómez Rey (Contes de Mantega) en colaboración con la librería A peu de pàgina