Marina Mandarina… ¡todo el día está que trina!

Marina Mandarina es un poco gruñóna. Un poco bastante. Bueno... ¡más bien mucho! "Y eso no puede ser", le dicen continuamente sus padres.
Lo cierto es que Marina, a pesar de tener un montón de virtudes, a todo le encuentra pegas. Un día, sin embargo, las cosas empiezan a cambiar.
El día que su medio-amigo Jordi debe estar ingresado en el hospital para una operación. Cuando Marina lo va a visitar descubre como el buen humor, además de hacerlo todo más agradable, ¡también es una medicina tan dulce como efectiva!
Reír, sonreír y estar contento ayuda a Jordi a recuperarse mejor, y es por ello que a Marina le cambia el chip. "Prohibido el mal humor!", exclama aquel médico que lleva sombrero y nariz de payaso. "¡Prooooobihido!".
A partir de ese momento, Marina Mandarina ve como las cosas le van mucho mejor... y descubre como aquel dolor de estómago que tenía cuando se enfadaba tanto ¡ha desaparecido por completo!
- Texto: Anna Espinach
- Ilustraciones: Estudio Nimau. Ilustración infantil y juvenil