La rinitis alérgica: un síntoma típicamente primaveral

08/04/2019

La llegada de la primavera significa que multitud de partículas de polen se encuentran suspendidas en el aire, y esto puede provocar rinitis alérgica en muchas personas. Los síntomas son muy molestos, y pueden dar lugar a otros problemas como otitis media, sinusitis o pólipos nasales.

¿Cómo combatir la rinitis?

La cara menos amable de la primavera son las inflamaciones y las alergias provocadas por partículas de polen, que suelen estar suspendidas en el aire en cantidades importantes durante esta época del año. La rinitis alérgica es una inflamación de la piel que cubre el interior de las fosas nasales, y suele venir acompañada de otros síntomas, como dificultad para respirar, mucosidad continua, estornudos y picor nasal. En ocasiones también puede producirse lagrimeo y picor en los ojos. Estos síntomas pueden presentarse todos al mismo tiempo, o bien sólo aparece uno de ellos como dominante.

Deberemos consultar con el médico cuando los síntomas de la anafilaxia sean realmente muy molestos para el niño, o le impidan desarrollar con normalidad actividades como las tareas escolares, el deporte o dormir. También es necesario acudir al pediatra si los síntomas persisten a lo largo de mucho tiempo, o se hace muy evidente que su origen es una alergia. Cuando el problema se alarga, los niños pueden sufrir molestias aún más aparatosas, como los ronquidos, el picor en el paladar, el dolor de cabeza o incluso el sangrado nasal.

Debemos tener en cuenta que el origen de la rinitis no siempre es un alérgeno del aire. En otros casos puede proceder de un alimento. Además, otras afecciones que no son de origen alérgico pueden dar lugar a síntomas muy similares.

Mientras el niño esté expuesto al agente alérgeno, el tratamiento sólo puede aliviar los síntomas, no eliminarlos del todo. Si el especialista determina que el origen de los síntomas es una alergia, se le puede prescribir un tratamiento con antihistamínicos y corticoides. Normalmente estos se recetan con la aparición del primer síntoma, para evitar que el problema vaya a más. Si hay complicaciones, el pequeño puede sufrir otras afecciones como la otitis media, la sinusitis o los pólipos nasales.

Como método de prevención, obviamente se aconseja exponerse lo mínimo posible al agente causante de la alergia, aunque en determinadas épocas del año esto se hace inevitable. Cabe recordar que en determinados casos se puede emplear la vacuna de la alergia, siempre con la prescripción de un alergólogo pediátrico. De este modo, el cuerpo se acostumbra poco a poco al alérgeno y no provoca ninguna reacción.

Acceso a la fuente de consulta: 

Rinitis Alérgica - En Familia. Asociación Española de Pediatría [Fecha de consulta: 08/04/2019]