Las mascarillas afectan la capacidad de los niños para reconocer rostros y emociones; y complican la comunicación receptiva y expresiva. Sabemos que los más pequeños, aprenden a hablar a través de las interacciones sociales, y aunque la boca (el movimiento de los labios) es una zona muy importante para este aprendizaje, también lo son el escuchar las voces, observar los gestos así como los movimientos oculares de quienes les rodean.