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Niña en la pizarra en clase de matemáticas

Yo, es que soy de letras. ¿Qué es la discalculia?

Niña en la pizarra en clase de matemáticas

Seguramente no es la primera vez que oímos esta frase. Y es que las matemáticas y las cuestiones relacionadas con ellas son, para algunos, una amargura. 

Todos tenemos puntos fuertes y débiles a nivel cognitivo, es normal que a algunos se les dé mejor unos conceptos y a otros, otros. Gracias a los avances en neurociencias sabemos que estas habilidades y dishabilidades son debidas a diferencias funcionales entre las conexiones cerebrales de cada individuo. Luego, además, intervienen aspectos motivacionales y preferencias personales, las experiencias vividas por cada uno, etc…. Esta díada genética-factores ambientales fundamentan la variabilidad del ser humano. 

Sin embargo, para algunos, las dificultades en esta área son mucho más pronunciadas. El cerebro de algunas personas no está capacitado para procesar conceptos numéricos y hace que tengan verdaderas dificultades para comprender aspectos relacionados con la magnitud y el cálculo. Cuando esto sucede, hablamos de un trastorno del desarrollo específico del cálculo, la discalculia. 

Actualmente, gracias a los estudios de algunos síndromes neurológicos que cursan con trastornos del desarrollo del cálculo, se conocen bastante bien las principales regiones implicadas en el procesamiento numérico y de cantidad. Concretamente se han identificado 3 áreas implicadas en este tipo de tareas: el surco intraparietal horizontal bilateral (HIPS, del inglés horizontal intraparietal sulcus), el giro angular izquierdo (GA) y el sistema parietal posterior superior bilateral (SPPS). 

Los estudios con resonancia magnética funcional han evidenciado que en las personas con discalculia, estas regiones no se activan cuando debieran hacerlo, dando lugar a dificultades en la comprensión y manejo de las cantidades y conceptos matemáticos. Estas dificultades se pueden observar desde edades tempranas de la infancia aunque varían según la edad y los recursos personales de cada individuo. A continuación revisaremos algunos de los signos que nos deben llamar la atención.

En los niños más pequeños podemos ver dificultades en el desarrollo del sentido numérico y los principios básicos del conteo y numeración:

  • Cuando comparan dos conjuntos, no saben compararlos en términos cuantitativos (por ejemplo, decidir cuál es el mayor, menor, más largo,).
  • No entienden el significado de contar (por ejemplo, cuando le pides 5 lápices te da unos cuantos en lugar de contarlos).
  • Tienen dificultades para recordar una secuencia numérica oral (es decir, recitar la secuencia uno-dos-tres-cuatro… manteniendo un orden estable al contar). 
  • Tienen dificultad para hacer correspondencia 1 – 1 cuando cuentan un conjunto (cada vez que toco un objeto digo un numero en voz alta).
  • Tienen dificultades para comprender el principio cardinal y saber que el último número que digo cuando cuento, es la etiqueta del conjunto y significa la cantidad total.
  • Tienen dificultades para hacer la correspondencia de cada número con la magnitud que este representa (conectar los números con el grupo de elementos).

Más adelante, en los niños de primaria, nos debe llamar la atención lo siguiente:

  • Dificultades en la escritura de los números y la comprensión del valor que tiene cada cifra según el lugar que ocupa (por ejemplo, el 5 no significa lo mismo en el número 52 y en el número 520).
  • Dificultades para comparar dos números y saber cuál es mayor o menor.
  • Confusión de términos y signos que indican cantidad (por ejemplo, confundir el signo de la suma por el de multiplicar, no comprender que si “pierdes” algo implica una sustracción o resta, etc..).
  • Comprender la mecánica y el procedimiento de las operaciones matemáticas tales como la suma o la resta. 

Todo esto dará como resultado, que estos chicos y adultos tengan enormes dificultades para realizar lo siguiente:

  • Saber qué operaciones aplicar ante un problema matemático. 
  • Comprender las horas o los sistemas de medida (metros, kilos, …).
  • Calcular el cambio que te deben dar cuando vas a comprar.
  • Calcular de manera aproximada las distancias, los pesos de los objetos…
Es importante señalar que la presencia de estos signos no implica de manera necesaria la presencia de un trastorno. Deben reunirse diferentes síntomas y aspectos evolutivos para poder hablar de un trastorno específico.
 
En caso de duda o sospecha, se recomienda consultar con un profesional especialista para que descarte o confirme la presencia del trastorno y oriente los pasos a seguir. Es importante tener en cuenta que la evidencia científica pone de relieve que, haya o no trastorno, cuando antes se intervenga mejor será la evolución.
 
Acceso a las fuentes de consulta:​

Aguilar, M., Navarro, J.I., Alcalde, C. y Marchena, E. (2005). El constructo “conciencia numérica”. Su importancia en la detección y prevención de las dificultades de aprendizaje de las matemáticas. Tavira: Revista de Ciencias de la Educación, 21, 55-78.

Butterworth B. (2005). The development of arithmetical abilities. J Child Psychol Psychiatry 46: 3–18.

Serra-Grabulosa, J.M, Adan, A., Pérez-Pàmies, M., Lachica, J.,  Membrives, S. (2010). Bases neurales del procesamiento numérico y del cálculo. Revista de neurología, ISSN 0210-0010, Vol. 50, Nº. 1, págs. 39-46.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  23/04/2021 Última modificación:  16/11/2023
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