La vuelta al cole, ¿cómo hacerla más llevadera?

En verano los días son más largos y suelen estar repletos de actividades distintas, así que en general somos más flexibles con los quehaceres y rutinas. Pero después del verano llega la vuelta al cole: vuelta a despertarse pronto, a los deberes, a las extraescolares... Y esto, a veces les cuesta de aceptar a los niños.
Las rutinas, los límites y los horarios pueden ser nuestros aliados para no caer en el caos y para reducir conflictos en nuestros hogares. Nos facilitan el poder seguir el ritmo de vida frenético durante el curso escolar.
1. Rutina de sueño
Para empezar, es importante generar una buena rutina de sueño. Es decir, mantener un horario estable a la hora de acostarnos y levantarnos. Si un niño tiene sueño estará cansado, tendrá menos paciencia, tolerará peor las frustraciones y se le hará mucho más difícil seguir las tareas que le encomendemos.
Evitar activaciones innecesarias antes de ir a dormir (eso implica juegos electrónicos o uso de pantallas), cenar un par de horas antes de irse a la cama, y seguir siempre los mismos pasos (por ejemplo: baño, cena, dientes, cuento, etc.) nos ayudará a conseguir descansar durante las horas necesarias. Habrá niños que solamente con una semana ya incorporarán el hábito y otros necesitarán un mes, pero con constancia lo acabarán incorporando.
2. Rutinas y responsabilidades
De la misma forma que nuestros hijos conocen la rutina en el colegio (entramos en el aula, dejamos las cosas, trabajamos un rato, luego recreo…), es fundamental que conozcan la rutina de las tardes.
Deben saber qué día tienen actividades extraescolares, qué días van directos a casa, cuándo deben ducharse, cuándo hacer los deberes… en definitiva, tener orden y estructura. A veces los padres lo tenemos clarísimo pero los niños necesitan verlo de manera más explícita.
Para ello, es recomendable crear un horario en el que se explicite cada una de las actividades que se hacen por la tarde (merendar, deberes, ocio, ducha, preparar la mochila, cena, leer y dormir). El horario puede ser en cartulina o por ordenador, con dibujos o con letras, más original o más clásico. Lo importante es que lo hagáis conjuntamente para que tomen conciencia de qué toca en cada momento. Por supuesto, cuanto más cariño le pongamos a la hora de hacerlo, con más ganas lo aplicaremos después.
Para su automatización, será necesario que las primeras semanas hagamos referencia al horario pero poco a poco lo irán incorporando. Obviamente, una vez estén las rutinas establecidas, podemos ser flexibles y habrá días en que cambie alguna cosa, pero es importante hacer referencia a que ese día es excepcional o un poco distinto.
Nos puede ayudar utilizar la técnica llamada "economía de fichas" y pizarras de hábitos.
3. ¿Dónde estudiamos?
El lugar de estudio es realmente importante. Pensemos en nosotros, si cuando llegamos al trabajo cambian de lugar tu mesa cada poco tiempo, te cuesta encontrar el material, el espacio del que dispones para ejecutar es mínimo por culpa del desorden, etc. posiblemente tu eficacia y motivación caigan en picado. Necesitas tener el espacio lo más controlado posible para evitar distracciones y pérdidas de tiempo.
A nuestros hijos les pasa lo mismo.
Por ello, sería ideal que el lugar de estudio:
- Siempre sea el mismo, sin distracciones ni juguetes.
- Esté ordenado. ¿Qué significa "ordenado"? Un espacio ordenado es aquel en el que cada objeto tiene su espacio y cada espacio su objeto. Apilar libros en la esquina de la mesa, no es ordenar. Acumular lápices y rotuladores encima de la mesa, no es ordenar. Es importante crear espacios con almacenaje. Podemos utilizar bandejas preparadas para apilar y dedicar cada bandeja a una asignatura o a un ámbito determinado (cole, personal, ocio), lapiceros, cajas, etc. De esta forma despejamos la mesa y favorecemos la concentración. Pude ser útil incluir en el horario semanal un ratito para revisar que todo esté ordenado.
- Tenga el material mínimo e indispensable para trabajar.
- Disponga de un reloj que el niño comprenda (mejor analógico que digital).
4. ¿Qué hay que tener en cuenta en relación a las extraescolares?
Es fundamental que los niños tengan tiempo de ocio, jueguen, se muevan, se relacionen… Para ello existen varios espacios o momentos en la vida del niño. Uno de ellos son las actividades extraescolares. En ellas podemos encontrar un espacio donde puedan desarrollar sus habilidades de relación y que les ayude a ganar seguridad en sí mismos.
Os animamos a encontrar la actividad idónea para vuestros hijos, aquella que les guste y que además se les dé bien. De esta forma potenciaremos sus puntos fuertes, incrementando su seguridad y reforzando su auto concepto.
Es importante tener en cuenta que las actividades que como padres o madres consideramos idóneas, puede que no coincidan con las que le resultan atractivas a nuestros hijos. Es importante priorizar lo que los niños quieren hacer, no lo que nos gustaría a nosotros, los adultos, a pesar de que veamos claro que sería la actividad ideal.
Cabe resaltar que los extremos no son buenos, por lo que llenar de actividades todos los días de la semana, puede acabar por estresar al niño. Una o dos actividades durante dos o tres tardes a la semana, sería la frecuencia idónea.
Siguiendo estos consejos conseguiremos mayor estructura en nuestro día a día, algo necesario para nuestros hijos. Os animamos a llevarlas a cabo. No olvidemos que ellos son los protagonistas, por lo que es importante hacerlos partícipes de las decisiones respecto a sus rutinas.