Tomàs Molina: «Aconsejo ponerse el impermeable, las botas de agua y ¡salir cuando llueve!»

Entrevista a Tomàs Molina, meteorólogo y presentador de televisión.
Ha escrito cuentos en los que habla de nuestro entorno (el medio ambiente, el clima, el planeta...). ¿Por qué?
Por un lado, durante toda mi vida he querido ser maestro. Tengo vocación de maestro y, de hecho, soy profesor de la universidad. Por otra parte, creo que tengo una obligación con la sociedad, la de transmitir algo, de devolverle lo que me ha dado.
Me gustaría transmitir la pasión por la ciencia, las ganas de interesarse por nuestro entorno y de respetarlo. Para mí, el solo hecho de saber es excitante.
¿Por qué es tan importante enseñar y concienciar a nuestros niños que deben respetar el medio ambiente?
Somos nuevos ricos, la sociedad del bienestar, y muchas veces estamos transmitiendo a los niños que no malgastar es equivalente a ser pobre. Hay que volver a aprender que el respeto también es no derrochar.
El medio ambiente afectará a nuestros hijos mucho más rápido de lo que creemos, sobre todo en los próximos 50 años y también nos va a afectar también a nosotros. Creo que debemos estar todos más concienciados y más implicados.
¿Cree que se conoce suficientemente el medio natural?
No, y en esta época en que vivimos, todavía menos. Hemos perdido el pasado, las tradiciones, la sabiduría de los agricultores, el hecho de convivir con la naturaleza... Ahora usamos la naturaleza como ocio, no la vivimos ni la conocemos como antes y, evidentemente, no la respetamos ni valoramos lo suficiente. Debemos volver a pasear por la montaña. Estamos dejando que esto sólo se enseñe en las escuelas, como muchas otras cosas, pero también es tarea nuestra como padres, y no todo el peso debe recaer en la escuela.
¿Por qué hay que acercar los niños a la naturaleza?
Cada vez vivimos en un mundo más artificial. El progreso nos está volviendo «mágicos»: ya que no sabemos el porqué de las cosas, todo pasa por «magia». Llega la carne a nuestro plato y ni siquiera sabemos de dónde viene. Un niño ve costillas y no tiene porque relacionar que estas vienen de un cordero. Les estamos escondiendo que matamos un animal, que nos lo comemos y que somos depredadores. Esto no es malo, se trata de algo natural.
Es un error que dejemos un "agujero" entre el cordero blanquito y las costillas para ahorrar a los niños un teórico sufrimiento. Yo, cuando era niño, había visto a mi abuela matar pollos y no por eso tengo ningún trauma, es natural, siempre se ha hecho y se hará. Creo que estamos cometiendo un grave error como sociedad.
«Yo soy como soy gracias a las colonias»
¿Sabe que hoy día, si llueve, los niños no salen a la calle?
Es cada vez más habitual que la gente planifique las actividades que realiza y que se huya de la lluvia, el frío, el calor...
¿Y es bueno que huyamos?
No, estamos demasiado acomodados. Nos preocupa que el niño no se resfríe porque esto nos complicará la vida: ya no por el hecho de que el niño esté enfermo, porque un resfriado no es nada y se curará sin más, sino porque esta semana la tenemos hasta arriba de trabajo y no se nos puede resfriar el niño. Hoy en día, un niño enfermo nos complica demasiado nuestra organización semanal y tendemos a sobreprotegerle por comodidad.
Aconsejo a los padres que vuelvan a tomar el protagonismo, que se pongan el impermeable, las botas de agua y ¡que salgan cuando llueve!
Por cierto, ¿qué recuerdos tiene de los campamentos y de las colonias a los que iba cuando era pequeño?
Éramos un grupo muy activo, con muchas aficiones, y se organizaban muchas excursiones por la montaña. Conocíamos los árboles, los pájaros, los investigábamos... Nuestros monitores nos hacían ser muy responsables: nunca se tenía que notar por donde habíamos pasado o acampado, lo recogíamos todo y lo dejábamos exactamente igual como lo habíamos encontrado. Yo soy como soy gracias a las colonias.
También trabajábamos mucho en los valores y la acción. Es decir, si tú identificabas algún problema, tenías que solucionarlo o al menos decidir si participabas o no en esta acción.
«El concepto del esfuerzo está desapareciendo, como si quisiéramos entre todos crear un mundo demasiado sencillo»
¿Llegó a ser monitor?
Sí. Cuando fui monitor el mundo comenzó a cambiar. La estructura era la misma en cuanto a la transmisión de valores y acciones, pero socialmente ya no, porque empezaban a haber comodidades. Ahora todo esto ha cambiado aún más. Parece que los valores se han desestructurado, como si todo fuera aceptable, y esto no es verdad, no todo es aceptable. El concepto del esfuerzo está desapareciendo, como si quisiéramos entre todos crear un mundo demasiado sencillo.
Esta es una entrevista realizada por La Granja (www.lagranja.cat/es), granja escuela que se dedica íntegramente a la educación y a la
enseñanza de niños y jóvenes en edad escolar a través de las emociones.
La Granja contesta:
¿Qué puedo hacer para que mi hijo/a ame la naturaleza?
Tienes que empezar a fomentar-lo cuando sea muy pequeño, a los 2 o 3 años. A los niños les encanta pasear por el bosque o por la playa, observar las hormigas o las aves, oler el bosque después de la lluvia. La suerte es que todo esto es gratis, ¡así que no tenéis ninguna excusa! Además, la naturaleza nos aporta salud física y mental, una serenidad difícil de encontrar hoy en día... ¡Aprovechadlo!
Para querer a la naturaleza primero debemos conocerla. Cuando el niño tenga 6 o 7 años, llevaos un cuaderno y lápiz y dibujad las hojas, los árboles o las flores. Además de mejorar sus niveles de concentración y de observación, tu hijo comenzará a sentir amor por el entorno natural y esto le dará paz. ¡También entrenará su paciencia, una de las habilidades principales para tolerar la frustración!
Vale la pena ahorrar para apuntarse a las excursiones y colonias que se organizan en la escuela durante el curso o en verano. Además de vivir la naturaleza in situ, en lugares privilegiados y preparados para ello, tendrá la posibilidad de conocer a sus compañeros y maestros y, sobre todo, ¡de conocerse más a sí mismo!