El sueño y el deporte

20/01/2017

Dormimos para descansar y lo que observamos, cuando no lo hacemos, es que nos agotamos más rápidamente. Los humanos dormimos cerca de ocho horas al día, lo que significa una tercera parte del mismo y, en definitiva, de la vida de una persona. Si no se duerme bien o no se duerme, la actividad tanto física como mental está alterada y el rendimiento disminuye.

En relación al deporte, sabemos que, si bien ciertas cualidades físicas generales no se modifican mucho, sí lo hacen ciertas cualidades físicas que son determinantes en el rendimiento deportivo: la vigilancia, el tiempo de reacción, la precisión gestual, la destreza, y la capacidad para recibir estímulos y generar respuestas están deterioradas.

Por lo tanto, se ha considerado en las últimas décadas que el objetivo del sueño es restaurar el cerebro del desgaste sufrido durante el estado de vigilia y reorganizar funcionalmente los circuitos neuronales.

El papel del sueño en el aprendizaje

El sueño contribuye de una forma decisiva a la consolidación de la memoria y el aprendizaje. En el deporte, el aprendizaje de nuevas técnicas requiere de la ejecución de tareas muy diversas y de forma simultánea. Después del periodo de práctica, la adquisición de la técnica exige un periodo de consolidación. El periodo de consolidación se ha demostrado en los humanos que se produce durante el sueño, y que está muy relacionado con el tiempo invertido en la fase NREM, que corresponde a la segunda parte de la noche.

Efectos del sueño sobre la memoria aplicados al deporte

  • Se aprenden y consolidan mejor las tareas motoras, sobre todo las técnicas, cuando los jugadores están muy pendientes de hacerlas bien, sin despreciar las de carácter no intencionado, que también mejoran después del periodo de sueño.
  • El sueño sirve para recuperar y retener el material aprendido de forma oportunista a lo largo del día o del entreno, como gestos y jugadas de compañeros, de los que el individuo no es consciente mientras está trabajando y que favorecen un mejor rendimiento personal y del grupo. Quizás eso explica por qué trabajando con sujetos de buen nivel es más fácil mejorar (si se descansa bien).
  • La falta de sueño incide sobre el rendimiento de las tareas técnicas automatizadas, sobre todo cuando no están presentes en acciones controladas enteramente por la conciencia.
  • Durante el sueño tiene lugar un reprocesamiento de las actividades realizadas durante la vigilia. De una forma muy simplificada, el sueño reorganiza las conexiones neuronales dejando un cerebro limpio para recibir nueva información al día siguiente.
Eva Ferrer Vidal-Barraquer. Metgessa ​experta en Medicina de l'Educació Física i l'Esport.

Eva Ferrer Vidal-Barraquer

Médico ​experta en Medicina de la Educación Física i el Deporte. Unitat de Medicina del deporte Clínic-Sant Joan de Déu