¿Qué papel juega el deporte en la salud mental de niños, niñas y adolescentes?

El deporte es fuente de salud, pero ¿cómo afecta a la práctica deportiva en la salud mental de niños y adolescentes?
Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos plantea cómo el deporte impacta en la salud psicológica de los jóvenes, tras confirmar evidencias de asociaciones tanto positivas como negativas. Al mismo tiempo, el estudio se pregunta qué práctica deportiva es la más saludable a nivel psicológico y para ello ha estudiado a más de 11.000 niños y niñas de entre 9 y 13 años (a partir de los informes sobre salud mental que cumplimentaban sus padres o tutores), clasificando a los menores en cuatro grupos: participantes de deportes de equipo (voleibol, fútbol, baloncesto), participantes de deportes individuales (gimnasia, tenis, lucha), participantes en deportes de equipo e individuales, o aquellos que no tenían ningún tipo de participación deportiva.
¿Deportes de equipo o deportes individuales?
Los deportes de equipo son aquellos en los que los deportistas trabajan juntos para conseguir un objetivo grupal compartido, mientras que en los deportes individuales, los atletas compiten individualmente para alcanzar objetivos principalmente personales.
El análisis de los datos del estudio ha revelado que la participación en deportes de equipo aportaba mayores beneficios para la salud mental que la práctica de un deporte individual. Así pues, la práctica de un deporte de equipo se asoció con puntuaciones de ansiedad y depresión un 10% más bajas, puntuaciones de baja autoestima y depresión un 19% más bajas, puntuaciones de problemas sociales un 17% más bajas, puntuaciones de pensamientos intrusivos (voces) un 17% más bajos o un 12% más bajo de problemas de atención.
Por el contrario, aquellos que solo participaban en deportes individuales mostraron unas puntuaciones de ansiedad y depresión un 16% más altas, puntuaciones de baja autoestima y depresión un 14% más altas, puntuaciones de problemas sociales un 12% más altas y puntuaciones de problemas de atención un 14% más altas en comparación con aquellos que no practicaban ningún deporte.
Sorprendentemente, las conclusiones evidenciaron que los niños y adolescentes que habían participado en deportes individuales tenían mayores niveles de complicación de salud mental en comparación con aquellos que no habían participado en ninguna actividad deportiva.
Hoffmann, psicólogo deportivo de la Universidad Estatal de California, Fullerton y el autor principal del estudio "Adolescent Brain Cognitive Development (ABCD)", dice que los resultados fueron una sorpresa ya que "esperábamos que participar en cualquier deporte, incluso un deporte individual, aportaría algún beneficio en comparación con aquellos que no practican ningún deporte”.
Los riesgos de los deportes individuales
Andre Agassi, en su autobiografía, dijo "Si pudiera jugar al fútbol en vez de tenis... Juego tres veces por semana en la escuela, y me encanta correr en el campo de fútbol, sabiendo que el mundo no se 'acabará si no marco. El destino de mi padre, de mi familia, del planeta tierra, no descansa sobre mis hombros. Si mi equipo no gana, será culpa de todo el equipo y nadie me gritará. Los deportes de equipo son el camino a seguir”.
Es posible que algunos niños y adolescentes que compiten en deportes individuales experimenten un estrés significativo asociado a su rendimiento, lo que podría contribuir a generar problemas de salud mental. Es concebible que los niños y adolescentes que compiten individualmente sean muy conscientes de las expectativas de rendimiento (reales o percibidas) que generan en sus padres/tutores, familia, compañeros o incluso el público, lo que podría provocar presión por tener un buen rendimiento. Los deportistas individuales también son propensos a atribuir sus fracasos a factores internos, presumiblemente porque carecen de compañeros de equipo con los que puedan compartir la culpa de los rendimientos deficientes percibidos. Asumir toda responsabilidad de los fracasos relacionados con el deporte podría contribuir a una disminución del bienestar mental.
Además, los atletas deportivos individuales pueden ser susceptibles a la ansiedad física social (es decir, el miedo a una evaluación negativa por parte de otros en lo que respecta a su aspecto corporal). La presión de la amenaza de evaluaciones negativas del cuerpo por parte de los demás sería especialmente relevante para los niños y adolescentes que compiten en deportes centrados en el cuerpo (ballet/danza), lo que podría explicar en parte porqué los deportistas individuales tienen mayores probabilidades de experimentar síntomas de ansiedad y depresión en comparación con aquellos que no practican ningún tipo de deporte.
Los beneficios de la práctica de deportes de equipo
Por el contrario, la participación en deportes de equipo en comparación con la no participación deportiva se asoció con puntuaciones de ansiedad, depresión, problemas sociales o de menor atención.
Participar en deportes de equipo puede promover la salud mental de niños, niñas y adolescentes gracias a las numerosas oportunidades que se presentan para construir relaciones sociales y amistades, que pueden ayudar a fomentar un sentimiento de pertenencia en el contexto atlético. Las interacciones sociales y los sentimientos de relación con otros son aspectos inherentes a la participación en el deporte de equipo.
Los individuos que mantuvieron su participación en deportes de equipo desde la adolescencia (11-16 años) hasta una edad adulta estaban menos estresados y tenían menos probabilidades de experimentar síntomas de trastorno de pánico. La participación en deportes de equipo durante la adolescencia también se ha asociado con menos síntomas de depresión y ansiedad en momentos posteriores, pero este patrón no se mantiene en aquellos que se dedican al deporte individual.
Más atención a los deportes individuales
Hoffmann advierte que el estudio muestra una fuerte correlación entre los deportes individuales y los problemas de salud mental, pero no está claro qué causa esta correlación.
Puede que los niños y niñas ya predispuestos a una mejor salud mental tiendan a la práctica de deportes de equipo, o incluso que sus padres tiendan a dirigirlos así. O bien, puede que los deportes individuales sean más propensos que los deportes de equipo a crear situaciones en las que un niño experimenta una ansiedad aguda por su rendimiento o quizá por su aspecto o tipo de cuerpo.
Hoffmann no recomienda desanimar la participación de los jóvenes en deportes individuales, sino animar a padres y entrenadores a ser conscientes de que los jóvenes luchadores, bailarines o nadadores pueden experimentar estrés o ansiedad adicionales y apoyarlos en consecuencia.
En cuanto a lo que los padres pueden hacer de un niño enamorado del tenis o la gimnasia para proteger su salud mental, Hoffmann sugiere que mantener líneas de comunicación abiertas es lo mejor. Es necesario realizar un seguimiento frecuente para asegurarse de que los niveles de estrés del niño son razonables y que disfrutan de la experiencia deportiva. "No supongáis que los niños disfrutan de una actividad solo porque la siguen practicando".
Otra estrategia es fomentar la participación en un amplio abanico de actividades, ya sean otros deportes o fomentando las aficiones artísticas y la curiosidad académica. Hoffmann desaconseja intentar convertir a los niños en especialistas demasiado pronto.
Rochelle Eime, epidemióloga del comportamiento de la Universidad de Victoria en Australia añade que comprobar los valores y los principios de porqué juegan, puede ayudar. "Es importante que los niños tengan objetivos realistas y que se centren en el disfrute y el desarrollo, en lugar de solo ganar".
Además, cuando los adultos que rodean al menor están preocupados por el éxito y la victoria, éstos pueden interiorizarlo y empezar a presionar cada vez más su rendimiento deportivo.
Margen de error
El estudio también destaca que son necesarias más investigaciones ya que las puntuaciones de dificultad de salud mental de los niños y adolescentes participantes se basaron en los informes de los padres. Es posible que los padres/tutores que inscriben a sus hijos en deportes individuales tiendan a sobreestimar los aspectos problemáticos de la conducta emocional y conductual de sus hijos.
Por otra parte, es plausible que los padres/tutores que registran a sus hijos en deportes de equipo tengan más probabilidades de ver a sus hijos interactuando positivamente con sus compañeros y, por tanto, tiendan a subestimar cualquier dificultad potencial de salud mental.
Acceso a las fuentes de consulta:
- Associations between organized sport participation and mental health difficulties: Data from over 11,000 US children and adolescents
- Should Parents Worry About New Research Linking Kids’ Mental Health and Individual Sports?