Miedo de los niños a vacunarse (por el pinchazo y por los efectos de la vacuna). Consejos para las familias

16/03/2022

La pandemia nos ha expuesto a una situación de incertidumbre y miedo que ha generado un impacto en la salud mental de todos, especialmente de niños y adolescentes.

La aprobación de la vacuna por niños/as entre los 5 y 12 años es un nuevo paso adelante para poder avanzar en la resolución de la pandemia pero puede generar algunas dudas o miedos a las familias y los niños.

Cuando se aprueba una vacuna por uso en población infantil es porque existen datos suficientes que demuestran efectividad y seguridad y el beneficio de éstas es de protección individual y comunitaria.

Sin embargo, a menudo los niños tienen miedo, ya sea por el pinchazo de la vacuna o hacia los efectos que pueda tener ésta. Como padres y madres, existen herramientas y estrategias basadas en la evidencia que nos pueden ayudar a afrontar este momento y disminuir la angustia que puedan sentir.

Recomendaciones previas a la vacunación: 

  1. El miedo es una emoción adaptativa, que nos avisa de los peligros y nos lleva a buscar una sensación de seguridad, ya sea evitando la situación o intentando controlar la amenaza percibida. Si identificamos lo que da miedo a nuestro/a hijo/a, será más fácil encontrar una estrategia que nos ayude a gestionar la situación.
  2. Escuchar a nuestro hijo y entender qué le angustia. Resolver las dudas que puedan tener sobre el procedimiento y sus efectos (ver ejemplo de preguntas al final del artículo).
  3. Los niños se guían por las reacciones de sus referentes adultos. Si nos mostramos tranquilos, será más fácil que disminuya su angustia, puesto que transmite un mensaje de que para nosotros la situación no es amenazante o peligrosa. Evitar transmitir mensajes negativos hacia la vacunación. Dar mensajes de su utilidad a pesar del pequeño momento de malestar.
  4. Escuchar el conocimiento que tienen y resolver las dudas que puedan surgir. Si desconocemos la respuesta, preguntar al pediatra o enfermera como persona de referencia (evitar uso de redes sociales que pueden ser alarmistas).
  5. Reconocer y validar el miedo. Describir con palabras el procedimiento y lo que pueden oír. Mentir o esconderles que les puede hacer daño para evitar que sufran, puede generar desconfianza y aumentar la angustia. 
  6. Explicar el proceso de vacunación. Por ejemplo: “Será poco rato. Te pasarán un algodón con alcohol, después sentirás un breve pinchazo y cuando hayas contado hasta 3 ya habrá terminado, al igual que lo has hecho en otras vacunas.” "Podemos practicarlo en casa antes de la cita y podemos planificar algo agradable después para celebrarlo." También puede ayudarle hacer uso de juegos para representar y preparar el momento. Puede ser útil jugar a médicos, poner el termómetro, vacunar a algún muñeco y ponerle una tirita, etc.
  7. Avisarles el día anterior en términos generales. Necesitan cierto tiempo para asimilar y planificar, pero demasiada anticipación aumentará el riesgo de angustia y nerviosismo.

Recomendaciones para el momento de la vacunación:

  1. Acompañar y transmitir confianza. Los padres conviene que mantengamos una actitud tranquila y calmada para así transmitir que no estamos ante un peligro. Dar la mano y estar a su lado para mejorar la sensación de seguridad. También pueden llevar algún objeto que les ayude a estar más tranquilos.
  2. Paciencia: pueden requerir tiempo, no recurrir al enfado o chantaje y ayudar a que se puedan ir regulando.
  3. Validar el miedo: poner palabras a lo que están sintiendo. Por ejemplo: “Entiendo que te dé miedo, no sabes si hará mucho daño o después te encontrarás mal. Ya verás cómo será un momento que pasará rápido. Después podemos hacer algo que te ayude a sentirte mejor”.
  4. Utilizar técnicas de relajación: respiraciones diafragmáticas, jugar a hinchar un globo imaginario y deshincharlo poco a poco, imaginar algún lugar tranquilo...
  5. Utilizar técnicas de distracción: para no centrar tanto la atención en el dolor del pinchazo, puede ser útil llevar algo que lo distraiga (música, muñeco, juguete...), no mirar el brazo, fijarnos en otras cosas que haya en la consulta o punto de vacunación.
  6. Si el niño tiene tendencia a marearse, pedir que le dejen tumbarse.
  7. Reforzar todo lo que están haciendo para afrontar el momento, independientemente de si se muestran nerviosos. Describir y elogiar el comportamiento.
  8. Anticipar la posibilidad de realizar alguna actividad agradable después de la vacunación.
  9. En caso de que el miedo al dolor sea muy elevado, en algunos casos puede ser útil utilizar una crema anestésica una hora antes para disminuirlo. Es necesaria prescripción médica, consultar al pediatra referente.
  10. Algunos niños presentan miedo a fobias-agujas-inyecciones. En estos casos, estas recomendaciones pueden resultar insuficientes. Se recomienda consultar a un especialista para aplicar la intervención psicológica indicada.

Algunas preguntas que pueden hacernos:

¿Qué es una vacuna? 

Una vacuna es como un escudo que protege de una enfermedad.

¿Cómo funcionan las vacunas? 

Las vacunas enseñan a tu cuerpo a combatir las enfermedades. Lo hacen poniendo una pequeña parte del germen que causa la enfermedad de la que necesita protección dentro de su cuerpo, de modo que su cuerpo pueda aprender qué debe hacer para combatirla. De esta forma, si alguna vez entras en contacto con la enfermedad, tu cuerpo sabe exactamente qué hacer, evitando que te pongas enfermo.

¿Las vacunas son seguras?

¡Sí, las vacunas son muy seguras! Millones de niños (¡y adultos!) se vacunan cada año, lo que les ayuda a protegerse de muchas enfermedades. Cuando nos vacunamos, podemos tener fiebre o algo de dolor, pero esto no dura mucho y es mucho mejor que pasar la enfermedad. Estos signos también muestran que la vacuna funciona y que su cuerpo está creando la protección que necesita para tener defensas.

¿Cuándo puedo vacunarme contra la COVID-19?

Las personas mayores [pone un ejemplo de un familiar o amigo] corren más riesgo de enfermar por COVID-19 que los niños. Por eso las vacunas se están dando primero a los adultos. Los médicos han estado probando las vacunas para asegurarse de que también funcionan bien para los niños y ahora ya pueden recibirlas también.