Limpiar el chupete con la saliva de los padres puede contribuir a que el niño desarrolle un organismo más fuerte

Un estudio reciente defiende que la exposición de los hijos a los gérmenes de los padres, en este caso, a través de la saliva al limpiar el chupete, puede ayudar a que el niño desarrolle un sistema inmunitario más fuerte.
Durante muchos años, los especialistas habían advertido del peligro que suponía pasar gérmenes de padres a bebés a través de actividades tan cotidianas como compartir los cubiertos o limpiar los chupetes con saliva. Un nuevo estudio publicado en la revista Pediatrics abre otra línea de estudio y defiende otra teoría.
La investigación, realizada por la Universidad de Göteborg en Suecia, se basó en el seguimiento y observación de unos 180 niños desde su nacimiento. Efectivamente, el análisis demuestra que los pequeños que utilizan chupetes que se han limpiado con la saliva de los padres tienen menos posibilidades de desarrollar alergias alimentarias, eczema y asma que aquellos que usan chupetes que, para limpiarse, se han hervido o aclarado con agua.
Así, a diferencia de muchas teorías anteriores, los expertos señalan que la transmisión de bacterias y virus de padres a hijos a una edad temprana puede ser beneficiosa y ayudar a que los pequeños desarrollen un organismo más fuerte. En cambio, un exceso de limpieza y protección a los gérmenes de nuestros hijos puede ser contraproducente, evitando que el sistema inmunitario se adapte al entorno e impidiendo que desarrolle una tolerancia a ciertos agentes externos.
De esta manera, se demuestra que limpiar el chupete de nuestro hijo chupándolo no tiene ningún efecto perjudicial y la saliva puede ser hasta beneficiosa para la salud del bebé. Además, el estudio también muestra que estos niños no tienen más riesgo de sufrir infecciones respiratorias que los que utilicen otro método de limpieza de chupete.
La investigación también analizó si el método de parto repercutía de alguna manera en la protección del organismo que pudieran desarrollar los bebés. En efecto, se observó que aquellos niños nacidos por cesárea y cuyos chupetes se limpiaban hirviéndolos o con agua eran los que tenían más posibilidades de desarrollar eczema . En cambio, los que habían nacido por parto natural y utilizaban chupetes limpiados con saliva de sus padres eran los que tenían menos riesgo.
Pese a esto, muchos expertos señalan algunos riesgos de la transmisión de gérmenes de padres a hijos, como el traspaso de la bacteria que causa las caries dentales. Aún así, otros especialistas indican que no compartir cubiertos o saliva no previene de todas las infecciones y gérmenes de los padres, ya que estos pueden contagiarse a través de cualquier contacto, basta con estar alrededor o darle un beso al pequeño.
Referencias bibliográficas:
Sucking Your Child’s Pacifier Clean May Have Benefits. The New York Times , 2013 [acceso: 10 de mayo de 2013]. Disponible en: http://well.blogs.nytimes.com/...
Para limpiar un chupete, lo mejor es la saliva de los padres. La Vanguardia , 2013 [acceso: 10 de mayo de 2013]. Disponible en: http://www.lavanguardia.com/vida/...