La influencia de los padres en la alimentación de los hijos

Un estudio reciente analiza la influencia de la alimentación de los padres en la de los propios hijos. La investigación concluye que comer los mismos alimentos que los padres supone la opción más saludable para los pequeños, claro está cuando los progenitores siguen una dieta sana y equilibrada.
El estudio, realizado en la Universidad de Edimburgo (Escocia), consistió en entrevistar a las madres de 2.332 niños, de 5 años de edad, procedentes de Escocia. Se incluyeron tres parámetros, en forma de preguntas a las madres, para determinar qué factores influían, tanto positiva como negativamente, en la dieta de los pequeños: la frecuencia en que los niños consumían los diferentes tipos de alimentos, si solían hacer comidas completas o picar entre horas y dónde, cuándo y con quién comían.
Los resultados mostraron que prácticamente todos los niños hacían una comida principal al día (un 99 %), que de estos, la mayoría (un 90 %) comía con uno de sus padres o con ambos, y que el 71 % seguía la misma dieta que sus progenitores.
En conclusión, se observó que la calidad de la dieta de los pequeños dependía de la clase social a la que pertenecían. Así, por ejemplo, la educación y la situación laboral de la madre y la composición del hogar repercutían en la alimentación de los niños, y queda probado que las familias menos favorecidas también ofrecían las peores dietas a los pequeños de la casa.
Se observó que las dietas de más calidad seguían las siguientes características:
- Una comida principal al día.
- Un horario de comidas regular.
- Realizar las comidas en estancias vinculadas a la alimentación (cocina o comedor).
- Y, sobre todo, comer los mismos alimentos que los padres, algo que el estudio señaló como el indicador que más repercute en la calidad de la dieta de los niños.
En cambio, el hecho de que los pequeños comieran con sus padres o no, no influía significativamente en la calidad de su alimentación.
De todas maneras, hay que tener en cuenta que el estudio cuenta con ciertas limitaciones, ya que sólo analiza las respuestas de las madres (dejando a un lado la influencia de los padres), y estas respuestas pueden estar alteradas por una percepción errónea de las madres y no reflejar la realidad por completo.
Referencia bibliográfica:
The positive influence of family meals on children’s food choice. Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), 2013 [acceso: 25 de julio de 2013].