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Hipospadias

Niño con hipospadias

El hipospadias es una malformación congénita del pene que afecta a 1 de cada 200 recién nacidos varones. Se caracteriza por la apertura de la uretra en algún punto debajo del pene, resultando en una curvatura hacia abajo. El diagnóstico se realiza mediante examen físico y, en algunos casos, ecografía prenatal. El tratamiento principal es quirúrgico y busca corregir la ubicación de la uretra y la curvatura del pene. La intervención se adapta a las necesidades de cada paciente para lograr un aspecto y función normal. La mayoría de los hombres tratados llevarán una vida normal en relación con su pene. Se recomienda el seguimiento por un equipo especializado.

¿Qué es el hipospadias?

El hipospadias es la malformación congénita del pene más frecuente que existe. Afecta, aproximadamente a 1 de cada 200 recién nacidos varones. Se produce porque durante las primeras semanas de la gestación hay una falta del estímulo hormonal necesario para la correcta maduración del pene.

En la mayoría de los casos, no se sabe lo que ha provocado esta alteración en el desarrollo. La característica principal del hipospadias es que la uretra se acaba en algún punto por debajo del pene, y que no llega a la punta del glande.

Como en todas las malformaciones, existen diferentes niveles de gravedad, siendo las formas más leves las más frecuentes. La uretra puede abrirse en la cara inferior del pene desde justo por debajo de la punta del glande (el más leve), en el cuerpo del pene o incluso en el escroto o el periné (estas últimas formas son las más graves).

¿Cuáles son sus síntomas?

La apertura de la uretra en algún punto de la cara inferior del pene es su principal característica. La localización de esta apertura ayuda a clasificar los hipospadias en glandulares (cuando la uretra se abre al glande del pene), penianos distales, medios o proximales (según si la apertura está en la parte final del cuerpo del pene, en medio o en la base), escrotales y perineales.

En términos generales, cuanto más alejada de la punta está la apertura de la uretra, más grave será el hipospadias. Además, los hipospadias se acompañan de una falta de desarrollo de la cara inferior del pene, lo que provoca una curvatura del pene hacia abajo.

Dibujo de un pene con hipospáida

Existe una correlación entre el grado de esta curvatura y la gravedad del hipospadias. El prepucio y la piel del pene también tienen una distribución irregular: suele ser redundante en la cara de encima (en el dorso) y en cambio es frecuente que haya un defecto de prepucio e incluso de piel en la cara inferior.

Un prepucio en forma de capucha es habitual en los niños con hipospadias. En los casos graves, puede haber cambios en la forma del escroto o en el tamaño del pene. Sin tratamiento, los niños y los hombres con hipospadias tendrán un chorro urinario hacia los pies, o incluso tendrán que orinar sentados; sus erecciones pueden ser dolorosas y en los casos más graves habrá dificultades para realizar la penetración en las relaciones sexuales.

Todo esto puede comportar una afectación en la autoestima del niño y en su bienestar psico-sexual. A día de hoy es posible diagnosticar algunas formas de hipospadias ya en las ecografías prenatales.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de hipospadias suele ser evidente al realizar una exploración del bebé. Puede haber formas leves en las que el glande está algo más abierto pero recubierto por un prepucio normal que no se diagnostiquen hasta bastante más adelante.

Actualmente, se pueden diagnosticar algunes formes de hipospadias ya en las ecografies prenatales.

¿Cuál es su tratamiento?

Las formas más leves, en las que la uretra casi llega hasta la punta del glande, el pene no está incurvado y la forma del prepucio se aparta poco de la más habitual, no se necesita tratamiento.

En los demás casos, el tratamiento es quirúrgico.

La razón principal para justificar la intervención quirúrgica en la mayoría de los hipospadias leves es precisamente la afectación psicosexual, y no tanto un problema funcional. En los hipospadias más graves, la función sexual sí que estaría comprometida si no se realiza el tratamiento.

Existen muchas técnicas quirúrgicas para reparar los hipospadias. El cirujano adecuará la técnica a las necesidades de cada paciente. Globalmente, los objetivos que persigue la reparación quirúrgica son:

  • Conseguir un pene recto para que el paciente pueda mantener relaciones sexuales con penetración de forma satisfactoria. Es necesario lograr esto con el mínimo compromiso sobre la longitud final del pene.
  • Llevar la apertura de la uretra lo más cercana a la punta posible. Un resultado satisfactorio es aquel que permite al niño orinar de pie y controlar la dirección del chorro de orina.
  • Normalizar el aspecto del escroto.
  • Alcanzar un resultado estético satisfactorio.

En la mayoría de los casos, la intervención permitirá conseguir un pene con un aspecto muy cercano a la normalidad. En los casos más graves pueden ser necesarias diversas intervenciones para conseguir los objetivos descritos. También pueden aparecer complicaciones que hagan necesaria alguna intervención adicional para corregirlas.

¿Qué otras cosas hay que tener en cuenta?

La mayoría de los hombres con un hipospadias leve o moderado gozarán de una vida completamente normal en relación con su pene. Todos los hipospadias, y de forma muy especial los más graves, deben ser tratados por parte de un equipo especializado.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  26/07/2023 Última modificación:  15/11/2023
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