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Factores que favorecen el adecuado neurodesarrollo de nuestros hijos

Niño comiendo desayuno completo

Es fundamental asegurar una alimentación adecuada para el desarrollo cognitivo y físico de los niños, especialmente en las etapas tempranas. Los déficits nutricionales pueden tener un impacto duradero en su rendimiento académico y cognitivo. Además, el sueño de calidad es esencial, ya que durante el descanso nocturno, el cerebro realiza procesos vitales para el aprendizaje y la memoria. La higiene del sueño y la detección de posibles trastornos del sueño son responsabilidades clave del pediatra en el seguimiento de los niños y adolescentes. Estos factores combinados contribuyen al desarrollo psicomotor saludable.

Claves para el desarrollo psicomotor en niños y adolescentes

Tan importante para un normal desarrollo psicomotor es el correcto ensamblado de la red de carreteras neuronales que conforman nuestro cerebro, como el mantenimiento de que éstas se realicen. Para ello, se necesita que el aporte de nutrientes sea el adecuado y se adapte a las necesidades de alto requerimiento y gasto energético del cerebro en “construcción” (lo que se consigue mediante una adecuada alimentación), como que los sistemas de reparación cerebrales se puedan ejecutar con normalidad (para lo cual es imprescindible tener un suelo normal en cantidad y calidad).

A continuación, se revisan estos y otros factores que también influyen positivamente en el desarrollo psicomotor de nuestros hijos. 

Beneficios de una correcta alimentación 

Las ventajas de una adecuada alimentación en el ámbito de la pediatría son múltiples e innegables. Y no solo se restringen al ámbito de la salud en general desde un punto de vista más físico u orgánico, sino que también son extrapolables al desarrollo cognitivo o intelectual del individuo. 

Esto es así especialmente en las etapas iniciales del desarrollo, que es la etapa en que los niños son más vulnerables a los efectos de un déficit nutricional. Cuanto más temprano ocurra la carencia y mayor sea su intensidad, mayor será el riesgo de que el niño pueda verse afectado más adelante, por ejemplo, durante la etapa escolar. 

Los requerimientos nutricionales en la edad escolar suelen ser parecidos para niños y niñas, pero a partir de los once años, el aporte calórico en las niñas será aproximadamente de 2.200 quilocalorías al día, y en niños, de 2.750 quilocalorías diarias. Por otra parte, durante la adolescencia se ha de vigilar también que las necesidades de nutrientes esenciales (como el hierro y el calcio), están correctamente cubiertas. 

En el caso del hierro, que es un nutriente indispensable para el buen funcionamiento de todas aquellas funciones cerebrales superiores que conforman la inteligencia del individuo, una adecuada ingesta del mismo durante este periodo de gran crecimiento y gasto metabólico neuronal resulta fundamental. 

Procurar mantener un buen estado nutricional a través de una alimentación sana, variada y equilibrada, supervisada por el pediatra, resulta de fundamental importancia para que los procesos cognitivos y conductuales se desarrollen con normalidad. 

Beneficios de una correcta higiene del sueño 

Los seres humanos pasamos una tercera parte de nuestras vidas durmiendo y aunque tradicionalmente se le ha atribuido como principal función al sueño la de permitir que el cerebro “descanse” y “desconecte” después de la actividad realizada durante el día, actualmente se sabe que constituye un proceso de gran actividad mental y corporal, imprescindible para el aprendizaje. 

De hecho, el sueño juega un papel de fundamental importancia en el desarrollo tanto del niño como del adolescente, y tiene implicaciones tanto en el ajuste social, conductual y emocional, como en el rendimiento cognitivo en general. 

El sueño desempeña un rol de fundamental importancia en los procesos de reparación cerebral, de consolidación de la memoria, y de restauración de la eficacia de las conexiones neuronales (sinapsis). 

Si no se dedican las suficientes horas al sueño nocturno, dichos procesos no se podrán completar de manera adecuada. Y tan importante como dedicarle tiempo al sueño, es cuidar la calidad del mismo. Considerando que hasta un 30% de la población infantil puede presentar algún trastorno del sueño durante la niñez y/o adolescencia, el pediatra de cabecera encargado del seguimiento y control del niño y adolescente adquiere un rol de fundamental importancia a la hora de detectar todos aquellos trastornos médicos o del sueño propiamente dichos que puedan alterar la calidad del mismo, e iniciar las medidas terapéuticas que sean oportunas. 

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  31/01/2024 Última modificación:  16/02/2024
neurodesarrollo · aprendizaje
María Eugenia Russi Delfraro
María Eugenia Russi Delfraro
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Neuróloga. Experta en: TDAH, trastornos del aprendizaje y el neurodesarrollo, TEA y psicofarmacología Servicio de Neurología

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