La importancia de cuidar la piel
Los pies nos molestan cuando la piel que los recubre sufre y muestra signos o síntomas de este sufrimiento. Las rozaduras, callosidades, verrugas, erosiones, por diversas razones hacen que pensemos en ellos y nos ocupemos en prevenir su aparición en el futuro.
La piel es el órgano de mayor tamaño de nuestro cuerpo. Tiene funciones muy importantes, como la termorregulación, las relaciones sensoriales con el medio ambiente, la protección frente a agresiones externas que pueda recibir nuestro cuerpo, infecciones, luz ultravioleta, traumatismos mecánicos, etc. y es un órgano donde se expresan muchas enfermedades sistémicas. Por eso es importante conocer su estado y entender en qué momentos está sufriendo o se intenta defender.
En el ámbito del deporte, hay frecuentes alteraciones que puede sufrir la piel, sobre todo en los pies, como por ejemplo infecciones por hongos, heridas, irritaciones o hiperqueratosis (callos y duricias).
En general, lo más importante es identificar qué nos pasa, consultando al especialista, para identificar el porqué. Nunca debemos olvidar que las alteraciones de la piel tienen una causa y debemos actuar correctamente para detectar problemas que pueden ser perjudiciales para nuestra salud.
El lavado de los pies
El lavado del pie debe hacerse con agua fría o tibia y con jabón o gel de pH ácido 5.5 que es similar al de la piel durante un tiempo máximo de 10 minutos. No es conveniente el uso de jabones básicos o neutros porque pueden alterar el ecosistema del pie y hacerlo vulnerable a las infecciones. Tampoco es recomendable añadir fórmulas caseras al agua, como bicarbonato o sal, ya que no tienen poder terapéutico y resecan la piel. No se ha demostrado que el empleo de sal, bicarbonato, vinagre u otros productos tenga efectos terapéuticos en los pies.
Secarse los pies
La humedad favorece las infecciones por hongos, bacterias o virus, por lo que es importante secar bien el pie, especialmente entre los dedos, con una toalla o gasa por tocado y sin friccionar la piel para evitar lesiones.
Hidratación del pie
Hay que emplear cremas hidratantes con lanolina o vaselina en toda la superficie del pie, especialmente en el talón, donde suelen aparecer callosidades y grietas, pero siempre en pequeñas cantidades. Un truco muy aceptado por algunos deportistas es aplicar un poco de vaselina en todo el pie y después secarlo con papel o incluso lavarlo ligeramente, para evitar el exceso de vaselina y que solo quede una muy leve capa adherida a la piel. Esta acción disminuye enormemente la aparición de lesiones por roce del calcetín sobre la piel.
Cortar las uñas
Por regla general las uñas se cortan rectas, sin cortar los picos y siguiendo en la medida de lo posible la morfología del dedo. Siempre hay que dejar que el borde libre de la uña sobresalga uno o dos milímetros por delante del pulpejo del dedo.