Los contaminantes químicos y el aumento de trastornos del neurodesarrollo: una “pandemia global silenciosa”

10/03/2016

El número de productos químicos que contribuyen a aumentar la lista de niños con algún trastorno del desarrollo se ha doblado desde el 2006. El autismo, el TDAH y la dislexia podrían estar favorecidos por la contaminación ambiental.

Así lo demuestra un estudio científico, que ha conseguido relacionar estas enfermedades con la exposición a más de 214 agentes químicos industriales.

Los trastornos en el neurodesarrollo, tales como el autismo, el TDAH o determinados tipos de dislexia, parecen haberse incrementado en el último siglo. Sin duda la mejora en las técnicas del diagnóstico ha tenido algo que ver, pero se sospecha que ciertos factores ambientales podrían tener también una incidencia relevante. De hecho se calcula que el número de productos químicos que contribuyen a trastornos del desarrollo en niños se ha doblado desde el 2006.

Hasta hoy, la investigación se ha centrado en las posibles causas genéticas de estos problemas. La conclusión parece ser que, por sí solas, no pueden explicar el crecimiento de la incidencia de estas enfermedades. Un estudio, llevado a cabo por neurólogos y publicado en The Lancet argumenta que ciertos contaminantes químicos están contribuyendo de forma significativa a propagar trastornos del neurodesarrollo. De hecho, los expertos que han participado en el estudio lo califican de “pandemia global silenciosa”.

Algunas de las sustancias que el estudio identifica como neurotóxicas, es decir, potenciales causantes de déficits en el cerebro, son el manganeso, el fluoruro, los pesticidas, el tetracloroetileno (disolvente) y los éteres difenil polibromados (usados generalmente como retardantes de llama). En total, los investigadores han hallado 214 sustancias potencialmente peligrosas. Se trata de sustancias relativamente frecuentes en ambientes muy industrializados o ciudades con gran volumen de tráfico.

Tal y como se expone en el estudio, la mayor preocupación es el elevado número de niños que se ven afectados por daño tóxico para el desarrollo del cerebro. Sufren una reducida capacidad de atención, retraso en el desarrollo y bajo rendimiento escolar. Los expertos sospechan que los productos químicos industriales están emergiendo como posibles causas.

La exposición a estos productos es más peligrosa cuanto menos edad tiene el pequeño. Por ello, el informe considera de vital importancia regular mejor y más estrictamente qué productos se emplean como agentes químicos industriales. No obstante, para ello serán necesarias nuevas pruebas e informes más contundentes. 

En ese sentido, los expertos recomiendan  la creación de un centro internacional de evaluación de productos, que pudiera certificar si son o no neurotóxicos. Una solución que no debería suponer un gran inconveniente, pues existen desde hace tiempo los medios técnicos necesarios para hacer esta clase de pruebas.

A pesar de que aún no han encontrado el efecto concreto de cada sustancia, los especialistas han podido asociar desórdenes en el cerebro de los pequeños con cantidades anormales de agentes químicos en la sangre y en la orina de la madre. Un dato suficiente para, al menos, alertar a los organismos que regulan esta industria. El cerebro, cuando se encuentra en fase de desarrollo, es más vulnerable que en el caso de un adulto, porque los efectos tienden a convertirse en permanentes. Los autores del estudio advierten de una potencial amenaza si no se invierte esa tendencia.

Referencias bibliográficas:

Mazumdar, M. Neurotoxicity in children: Stemming a ‘silent global pandemic’. Vector. Boston Chlidren’s Hospital. 2014

Grandjean, P. Landrigan, P. J. Neurobehavioural effects of developmental toxicity. The Lancet Neurology. 2014 

Park, A. Children Exposed to More Brain-Harming Chemicals Than Ever Before. Time (Health & Family). 2014