Consejos para cuidar y mantener sanos los oídos

31/01/2018

En comparación con otras partes del cuerpo, las orejas "no nos piden gran cosa": solo tenemos que lavárnoslas con regularidad, protegerlas del sol y del frío, cuidarnos bien los agujeros de los piercings, ir al médico cuando las tengamos sucias o cuando notemos molestias o dolor y, sobre todo, ¡no nos debemos meter cosas puntiagudas en su interior!

El conducto auditivo fabrica cera para proteger el oído. Una vez fabricada, la cera se va desplazando poco a poco hacia la el exterior y, desde allí, se desprende o bien se elimina cuando nos lavamos. Nos podemos limpiar suavemente la parte más externa del oído con una manopla.

Hay un viejo dicho que recomienda no meterse nada dentro de los oídos, porque nos podríamos hacer daño. Ni siquiera es una buena idea utilizar bastoncillos de algodón, porque se puede empujar la cera hacia partes más internas del oído, irritar el conducto auditivo y hasta provocar infecciones. Por descontado, es absolutamente desaconsejable meterse cosas puntiagudas o afiladas dentro del oído, porque nos podemos hacer sangre o lesiones graves en el oído. Si crees que tu hijo tiene los oídos sucios o llenos de cera, pide hora de vista con su médico para que se los limpie.

Si a tu hijo le gustan los piercings, cuando se haga un agujero nuevo en la oreja, indícale que no se quite el pendiente hasta que el agujero haya cicatrizado y se haya curado por completo, porque, si no, se le podría cerrar. Después de que le hagan el agujero, moja una bolita de algodón en un poco de alcohol y restriégala a ambos lados del agujero (sin quitarle el pendiente). Luego gira varias veces el pendiente para asegurarte de que el alcohol llega bien a todas las partes del agujero. Si se le infectara el agujero del piercing, se le podría poner el lóbulo hinchado, rojo, caliente, doler y supurar pus. En tal caso, deberíais acudir al médico.

A veces, la gente que nada puede contraer una infección conocida como otitis del nadador u otitis externa. Se trata de una infección que afecta al oído externo y que provoca inflamación y dolor. Ocurre cuando el agua queda estancada dentro del conducto auditivo. Esto puede irritar la piel, facilitando la proliferación de bacterias que invaden el conducto y provocan una infección. En estos casos, también se debe acudir al médico.

También hay que proteger las orejas del sol y del frío. Cuando el sol pega fuerte, asegúrate de que tu hijo lleva un gorro y no te olvides de ponerle protector solar en las orejas para evitar que se las queme el sol. Y, cuando llegue el invierno, tápaselas bien con un gorro o con una cinta para la cabeza a fin de evitar los dolorosos sabañones.

Acceso a la fuente de consulta:

Cuídate los oídos y las orejas. KidsHealth. [Fecha de consulta: 31/01/2018]