Conjuntivitis: cómo actuar

05/03/2013
Fuente:
Blank Children's Hospital
La conjuntivitis es una inflamación de la parte blanca del ojo y de la superficie interna de los párpados. Puede ser causada por alergias, sustancias irritantes o por la infección de un virus o bacteria (en este caso, puede contagiarse fácilmente). Aunque algunos tipos de conjuntivitis desaparecen por sí solos, otros requieren tratamiento farmacológico.
Señales y síntomas
- Molestia o sensación de tener algo en el ojo.
- Enrojecimiento del ojo o de la superficie interna del párpado.
- Párpados inflamados.
- El ojo segrega un líquido acuoso, parecido al pus.
- Pestañas enmarañadas o pegadas al levantarse.
- Comezón y lagrimeo (común en la conjuntivitis alérgica).
Lo que debes hacer:
- Llama al médico, especialmente si se trata de un recién nacido (el tratamiento puede incluir antibiótico en gotas o ungüento).
- Limpia cuidadosamente el área del ojo con agua tibia y una gasa o motas de algodón.
- Pon una compresa fría en el ojo (por ejemplo, envuelve hielo en una toalla).
- Dale acetaminofeno o ibuprofeno para aliviar la molestia (revisa las instrucciones de uso para administrar la dosis correcta).
Busca asistencia médica si:
- El niño no muestra mejoría en dos o tres días si recibió tratamiento, o en una semana si no recibió ninguna clase de tratamiento.
- El enrojecimiento en los ojos empeora.
- La inflamación de los párpados aumenta.
- El niño se queja de dolor severo.
- Se produce cualquier cambio en la visión.
- El niño muestra una sensibilidad especial a la luz.
- Se origina dolor de oído (la conjuntivitis y la infección de oído pueden coincidir).
¡Piensa en prevenir!
Lávate las manos bien y a menudo, especialmente después de tocarte los ojos. Es recomendable no compartir toallitas, toallas o fundas de almohada. Habla con tu médico si los ojos te pican, lagrimean o enrojecen de manera frecuente (aunque podría tratarse de una alergia). Si se te suelen irritarlos ojos, reduce las causas posibles:
- Quitando el polvo y pasando la aspiradora frecuentemente.
- Cerrando las ventanas y las puertas cuando hay mucho polen.
- Evitando químicos con olores o irritantes (como los productos de limpieza) y toda clase de humos.
Fuente: http://www.blankchildrens.org/
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