Como influye “El juego del calamar” en la conducta de los menores

15/12/2021

Es difícil encontrar a alguien que no haya visto o leído sobre la serie del momento y la alarma que esta ha generado: “El juego del calamar”. En prensa encontramos titulares como: “‘El juego del calamar’ se cuela en el patio del colegio: ¿realmente es un problema?” o “¿Qué hago si mi hijo me pide ver 'El juego del calamar'?”.

La serie de éxito trata sobre un grupo de personas endeudadas que se someten a un juego mortal para ganar dinero. “El juego del calamar” ha llamado la atención de los adultos, y aunque está recomendada para mayores de 16 años, los niños y adolescentes también están mostrando un elevado interés en la serie. Los niños cantan las melodías de la serie y juegan a reproducir sus secuencias. Esta situación está sucediendo en los recreos de la escuela, y en espacios de juego de los niños. Muchos de ellos, sin haber visto la serie y sin saber que el juego de moda está basado en una serie. 

“El juego del calamar” tiene una estética atractiva con colores llamativos y hace uso de juegos infantiles con dinámicas sencillas, propias de cualquier recreo. Los personajes de la serie surcoreana participan en juegos infantiles con el objetivo de conseguir 33 millones de euros, pero los que pierden lo pagan con la propia vida, escenas que son explícitas en la serie. Son muchos los padres y educadores que explican cómo los niños están recreando las escenas violentas de la serie en sus actividades de juego diarias.

¿Por qué los niños reproducen las conductas violentas en su juego?

La mayor parte de la conducta humana se aprende por observación. Esta es la base de la teoría del aprendizaje social (Bandura, 1969). Una persona puede aprender una conducta simplemente observando a un modelo (real o a través de pantallas). Para generarse el aprendizaje mediante la observación directa (en vivo) o indirecta (por ejemplo, pantallas), se necesitan algunas condiciones: 

  1. Atención: es necesario que el observador atienda y perciba los aspectos relevantes de la conducta del modelo. Algunas de las características de la serie, como el color, la fotografía o la estética, son factores llamativos que ayudan a generar atención hacia la serie, y por lo tanto posibilita que los niños muestren interés en los personajes y el comportamiento de estos.
  2. Retención: se han de tener habilidades para imitar y reproducir la conducta observada y llevarla a cabo en otro momento. Es decir, se pueden reproducir en un recreo las acciones observadas en la serie, u observadas en el juego de otros niños. Los juegos infantiles que aparecen en “El juego del calamar” son conocidos por la gran mayoría de las personas, por lo que la capacidad para recordar los comportamientos de los personajes es rápida y fácil.

En algunas ocasiones un modelo puede llamar la atención del niño, puede tener la habilidad para retener esa información pero no llevarla a cabo, es decir, puedo ver a compañeros de juego jugar al juego del calamar, me llama la atención y puedo recordar y retener mentalmente el juego, pero nunca jugar a este. La motivación será un factor importante que influirá en que el menor reproduzca ese comportamiento. Si un niño expuesto a la serie o ver cómo los amigos juegan al juego del calamar, reproduzca ese comportamiento o no, es cuestión de la voluntad del menor el participar en ese juego. 

El componente social, es decir, realizar actividad en grupo, y el hecho de que se trate de juegos habituales en el día a día de los niños, puede generar la motivación para que se integren como juego los comportamientos observados en la serie, de igual manera que sucedería con otros aprendizajes generados por observación. 

En “El juego del calamar” aparecen muchos ingredientes que predisponen a que las personas, y en concreto los menores, puedan generar y reproducir los comportamientos observados en la serie. Como cuidadores, docentes y sociedad, tendremos que valorar si exponemos a nuestros menores a estos modelos de comportamiento. Una vez expuestos, el aprendizaje de los mismos es una consecuencia inherente y la reproducción de este dependerá de factores difíciles de predecir. 

Teniendo en cuenta la influencia que el aprendizaje observacional tiene en los aprendizajes y lo inevitable, en muchos casos, de la visualización de los niños a dicho contenido, sería importante generar espacios que permitan la reflexión conjunta con los menores desde el propio núcleo familiar y los contextos educativos. Daría la posibilidad de abordar temáticas a los que los menores están expuestos, y así detectar posibles señales de alarma.

Àrea de Salut Mental

Mireia González Rodríguez

Psicóloga clínica. Experta en evaluación e intervención en infanto-juvenil, autismo. 

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