Cómo alimentarse correctamente durante la práctica de deportes de invierno

La mayoría de las actividades que realizamos a lo largo del día producen un gasto energético en nuestro organismo. Este consumo de energía aumenta cuando practicamos algún deporte o actividad física. Por ello, en estos casos, necesitamos cuidar más nuestra alimentación para dotar al organismo de la energía suficiente para poder realizar estos esfuerzos físicos.
No existe una dieta única para la realización de actividades físicas. Según la disciplina que se practique, nuestro organismo necesitará más o menos aportes energéticos. Normalmente, se suele tener en cuenta la intensidad y la duración del deporte en cuestión para decidir la dieta adecuada y necesaria.
En el caso de los deportes de invierno, el esquí alpino y el snowboard de pista pertenecen a un tipo de actividad de duración corta, ya que las bajadas son rápidas, e intensidad baja, si escogemos una pista de nuestro nivel. Por lo tanto, estas actividades no necesitan un gasto energético muy elevado.
Para practicar una disciplina deportiva de este tipo, los nutrientes más adecuados son los hidratos de carbono complejos y las grasas saludables. Así, es importante ingerir algo de grasa unas dos horas antes de realizar el ejercicio, como por ejemplo, pan con embutido, y seguir alimentándose cada dos horas durante la práctica del deporte. En este caso, las barritas energéticas y la fruta son suficientes para cubrir este gasto energético. Para acabar la jornada, es imprescindible una comida más abundante, entre dos y tres horas después de finalizar la actividad. La pasta, la tortilla, la carne o el pescado son necesarios para que el cuerpo se recupere del gasto energético. En este caso, no basta con hidratos de carbono y grasa, sino que las proteínas también son básicas para estructurar el organismo.
Aparte de una alimentación adecuada, el consumo de agua es fundamental durante la práctica de cualquier deporte. Aunque en invierno no apetezca tanto, se recomiendan dos litros de agua al día. Su consumo evita, en la mayoría de casos, las rampas musculares, muy comunes en la práctica del esquí o del snowboard.
Fuente: Esquí.com