Celulitis orbitaria en niños: descripción, diagnóstico y tratamiento

¿Qué es la celulitis orbitaria?
La celulitis orbitaria es una enfermedad infecciosa producida por bacterias que afecta a los tejidos profundos que rodean el ojo. La infección puede ser difusa, formando un flemón, o localizada, en forma de abscesos.
Es más frecuente en niños que en niñas y puede ocurrir a cualquier edad, con una media de en torno a los ocho años.
En la mayoría de casos es una complicación de infecciones respiratorias superiores, sobre todo de la sinusitis aguda, de ahí que sea más frecuente en los meses de otoño e invierno y que los gérmenes que la produzcan sean los responsables más habituales de las sinusitis. También puede presentarse en adolescentes con sinusitis crónica en cualquier época del año.
¿Qué manifestaciones produce? ¿Cómo se hace el diagnóstico?
El diagnóstico es clínico, por las manifestaciones que produce. Suelen ser niños que llevan varios días con manifestaciones típicas de un catarro, con aumento de mucosidad, tos, fiebre… y posteriormente presentan enrojecimiento, calor, dolor y aumento de volumen de los párpados de un ojo.
En casos más graves pueden manifestar dolor con el movimiento de los ojos, limitación de su movilidad, visión borrosa o abombamiento del ojo.
Es importante diferenciarla de la infección de los párpados, llamada celulitis preseptal o palpebral, en cuyo caso el tratamiento no precisa ingreso hospitalario y suele ser suficiente con el tratamiento con antibiótico oral. Otras enfermedades que hay que diferenciar de la celulitis orbitaria son aquellas que producen inflamación de los párpados, tales como los orzuelos, el edema de causa alérgica o por conjuntivitis y la infección de la glándula y del saco lagrimal (dacriocistitis y dacrioadenitis aguda, respectivamente).
¿Qué complicaciones puede tener?
La complicación más frecuente es la formación de un absceso subperióstico, que consiste en un acúmulo de pus en una zona concreta de las paredes de hueso de la cavidad del ojo. En casos leves puede ser un hallazgo en el escáner que se hace durante el ingreso. En otros casos puede producir manifestaciones de aumento de presión sobre el mismo, con desviación del ojo, dolor y limitación de su movilidad. En estos casos, o si su tamaño es grande, puede ser necesario drenarlo mediante cirugía.
Si bien otras complicaciones son poco frecuentes, pueden ser graves, pues la localización de la infección posibilita la extensión de la infección a zonas cercanas, como las venas del cerebro (tromboflebitis del seno cavernoso) o el propio tejido cerebral.
¿Cómo se trata y cuál es su pronóstico?
Dadas sus potenciales complicaciones se recomienda el ingreso hospitalario para recibir tratamiento antibiótico intravenoso y para valorar la extensión de la infección mediante un escáner o tomografía craneal. El tratamiento antibiótico intravenoso ha de mantenerse al menos hasta dos días después de que desaparezcan los signos de inflamación. Si no hay complicaciones, posteriormente se da el alta para continuar con antibiótico oral hasta completar al menos diez días de tratamiento.
En algunos casos en los que la infección haya producido un absceso puede ser necesario el tratamiento quirúrgico para evacuar su contenido y, con ello, mejorar la evolución y facilitar la curación.
La evolución en la mayoría de los casos, si se ha detectado de forma precoz y tratada de forma adecuada, es a la curación sin secuelas.