Celebrar el Carnaval educando en valores

13/02/2015

El Carnaval es una fiesta conocida mundialmente por los disfraces, un medio de expresión que muchos niños valoran y disfrutan. Descubre cómo hacerlo sin dejar de inculcar valores positivos ni de enseñar tradiciones.

La mayoría de los centros educativos incluyen siempre alguna actividad relacionada con la fiesta del carnaval, y ello tiene varias razones de ser. La tradición, la fiesta, el trabajar con la imaginación de los más pequeños… ¿Puede ser la educación en valores un elemento más de ese cóctel? La respuesta es sí.

La educación infantil es un ámbito excelente para trabajar los valores durante la fiesta de carnaval. Los docentes y los responsables de las aulas cuentan con varios medios para hacerlo: elegir una unidad temática, centrarse en un acontecimiento, plantearlo como una alteración del funcionamiento rutinario del centro… Después de esa primera elección llega el momento que los educadores llaman el “juego simbólico”. Es aquí donde entran en juego el vestuario y el maquillaje, que los niños tomarán siempre como elementos lúdicos.

Más allá de eso, la oportunidad de elaborar un disfraz supone para los niños un mejor conocimiento de uno mismo y de la autonomía personal, identificando los propios sentimientos, pero adecuándolos al mismo tiempo a las necesidades de sus compañeros. Así, también supone una oportunidad para el conocimiento del entorno, del lenguaje de la comunicación y de la representación.

También es un buen momento para dar a conocer algunas tradiciones. En muchas escuelas de Catalunya, por ejemplo, a parte del tradicional desfile del viernes de carnaval, se celebra, justo un día antes, el “dijous gras”, con una merienda típica en la cual se comen huevos, embutido y otros derivados del cerdo. El fin de fiesta suele tener lugar el día del miércoles de ceniza, el primer día de la Cuaresma, con el ritual del entierro de la sardina.

Finalmente, siempre es recomendable que al elegir el disfraz se representen personajes que encarnen esos valores que deseamos transmitir , como el civismo, la paz, la convivencia y la interacción positiva con los demás. Por todas estas razones, el carnaval puede ser una excelente actividad en familia. Podéis, por ejemplo, acompañar a vuestros hijos si se disfrazan de algunos de sus personajes favoritos del mundo de la animación. No obstante, es más recomendable que los niños dejen volar la imaginación y traten de encontrar un disfraz más creativo, a ser posible fabricado por ellos mismos. Encontrarás algunas ideas para ello en este enlace (en catalán).

Referencias bibliográficas:

León González, Sonia. Propuesta didáctica: el carnaval desde la educación en valores en educación infantil. Marzo de 2009.

Carnestoltes, el rei dels poca-soltes. Sortir amb nens. La Vanguardia . 2013.