Los casos de asma y alergias se duplican por los tóxicos presentes en el aire y en la alimentación

El incremento de ciertas enfermedades respiratorias, como el asma y algunas alergias, se relaciona con un aumento de las sustancias tóxicas presentes en al aire y en la alimentación. ¿Qué podemos hacer para reducir la exposición a estos agentes tóxicos?
Los casos de asma, alergias y enfermedades respiratorias se han duplicado en los últimos 15 años, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Cerca del 30 % de estas enfermedades están asociadas al deterioro del aire y a la contaminación del medio ambiente.
La población pediátrica es la más vulnerable por su inmadurez anatomofisiológica y dependencia psicosocial, lo que se fundamenta en tres razones:
- Son más susceptibles a las amenazas medioambientales porque los sistemas corporales aún se están desarrollando y presentan cambios rápidos en el crecimiento, variaciones en la inmadurez orgánica y tisular y déficits cuantitativos y cualitativos en su sistema de inmunovigilancia.
- Están más expuestos a los peligros medioambientales porque proporcionalmente comen más alimentos por kilogramo de peso, beben más líquidos y respiran más aire que los adultos.
- Son más vulnerables por su inexperiencia en protegerse; especialmente en los primeros años de vida.
Se puede afirmar que la contaminación del aire y del agua, el ruido, las emisiones químicas, la contaminación alimentaria, el agotamiento del ozono y las consecuencias del cambio climático seguirán siendo los principales problemas relacionados con la salud humana en el mundo y que sus efectos serán cada vez más notorios.
Las últimas investigaciones confirman que los niños de ciudad acostumbran a padecer trastornos respiratorios con más frecuencia que los niños de ámbitos más rurales. Aunque probablemente, no sea la única causa, ni la más importante, ya que hay que considerar otros factores, como por ejemplo la contaminación que hay dentro de las casas.
Otro factor importante a considerar son las alergias, que también parecen estar incrementándose a lo largo del tiempo. Actualmente se calcula que un 5 % de los niños menores de 3 años son alérgicos al menos a un alimento, y es muy probable que la contaminación ambiental haya tenido que ver en ese hecho, según indican algunos estudios, porque los contaminantes ambientales también afectan a los alimentos.
El hecho de que el medio ambiente esté cada vez más cargado de agentes químicos podría estar relacionado con esta sensibilidad cada vez mayor. Aunque es difícil de demostrar, no es la primera vez que se pone en relación la contaminación con estas afecciones. Las sustancias químicas tienen la capacidad de variar el sistema endocrino y el inmunológico.
Se calcula que en España hay entre 300.000 y 400.000 afectados de la Sensibilidad Química Múltiple (SQM), un síndrome en el cual el paciente experimenta una gran variedad de síntomas que atribuye a la exposición a diversos productos químicos en muy bajas dosis. Se trata de una enfermedad compleja y crónica con la que es difícil convivir, ya que el paciente tiene que acondicionar toda su casa. Aún no ha sido reconocido por todos los países de Europa, pero en cualquier caso, las pruebas sugieren que el descontrol existente en los tóxicos ambientales y alimenticios podría ser una de sus causas.
Cómo evitar la contaminación
Existen algunos consejos elementales para aislar a los niños de los agentes contaminantes más frecuentes. Es importante mantenerles alejados de ambientes muy polucionados, en la medida de lo posible. Para ello, sigue estas recomendaciones:
- Evita el consumo de tabaco en casa o en el coche.
- Es importante mantener la casa limpia, eso reducirá el polvo, los ácaros y los insectos.
- Evita las actividades al aire libre en zonas donde se haya activado una alerta por contaminación atmosférica (ello suele aparecer en los medios de comunicación).
- No uses el coche siempre que te sea posible, y aplica medidas para reducir el consumo de carburante.
- Evita el uso de insecticidas o pesticidas, y en caso de necesitarlos, mantenlos siempre fuera del alcance de los pequeños.
- Si en tu hogar usas la calefacción o el calentador con gas, procura siempre que tenga una buena ventilación, y realiza el mantenimiento de los aparatos periódicamente.
- Fomenta la práctica de deporte en zonas de montaña, o apartadas de las áreas más urbanizadas.
Además, hay otros elementos (como el mercurio y el plomo) que, aunque no se hallan con tanta frecuencia en el medio ambiente, pueden ser muy perjudiciales para la salud de los pequeños. Estos pueden evitarse con algunas medidas básicas, como no emplear nunca termómetros de mercurio, consumir poco pescado que lo contenga (atún, emperador, pez espada), revisando a fondo con frecuencia las tuberías si son de plomo, etc.
Referencias bibliográficas:
Cómo Proteger a los Niños de los Riesgos Ambientales.United States Environmental Protection Agency. 2014
Delgado, P. El asma y las alergias se duplican por los tóxicos en el aire y en la alimentación. El Confidencial. 2012