Buenos motivos para hacer sonreír a tu hijo

23/03/2015

Cuando nos encontramos francamente bien las sonrisas vienen por sí solas, como algo natural; son un signo externo de lo bien que nos encontramos. Pero y si nos forzáramos a sonreír, ¿nos haría sentir igual de bien?          

Sonreír puede levantarnos el ánimo 

Los científicos han descubierto que el hecho de sonreír a propósito (es decir, de fingir una sonrisa de forma voluntaria) puede ayudar a que la gente se sienta mejor. Sonreír a propósito modifica nuestra química cerebral. Por eso, puede ser de gran ayuda para las personas que estén deprimidas y/o ansiosas. Pero, ¿cómo podemos sonreír cuando no nos apetece hacerlo?                     

Finjámoslo hasta que lo consigamos  

El lenguaje de nuestro cuerpo puede influir sobre nuestras emociones. La gente que adopta de forma intencionada determinada expresión facial acababa sintiendo la emoción asociada a esa expresión.

La sonrisa simulada nos ayuda a sentirnos mejor, y el hecho de sentirnos mejor nos ayuda a conseguir que nuestras sonrisas fingidas se conviertan en sonrisas auténticas.                   

Una sonrisa verdadera y auténtica recibe el nombre de “sonrisa de Duchenne” e implica movilizar todos los músculos de la cara, incluyendo las “líneas de la risa” que tenemos alrededor de los ojos. Es importante hacer participar a todos estos músculos, incluso en una sonrisa simulada. Si sonríes a propósito para levantarte el ánimo, deberás sonreír hasta que se te eleven los pómulos y notes que se te arrugan las líneas de la risa. 

Las conductas de sonreír y de reír reducen el estrés 

La conducta de sonreír relaja los músculos fáciles y tranquiliza el sistema nervioso. Y la conducta de reír envía más oxígeno al cerebro. Y esto desencadena la secreción de unas sustancias químicas cerebrales denominadas endorfinas. Estas sustancias químicas nos ayudan a sentirnos bien, a adoptar una actitud positiva. Reírse puede hacer que descienda la tensión arterial, aliviar el estrés y levantar el ánimo.                                      

Las sonrisas nos ayudan a forjar vínculos 

Al igual que las sonrisas falsas o simuladas, las risas simuladas se acaban convirtiendo en espontáneas y reales y, además, son contagiosas.                                    

Debido a que las risas y las sonrisas son contagiosas, ayudan a personas de cualquier edad a establecer vínculos. Sonreír implica enviar una señal de amistad que suele conllevar que el receptor devuelva la sonrisa. Por eso, una importante finalidad de sonreír puede ser la de crear vínculos sociales.

Los científicos han averiguado que nos conectamos corporalmente cuando compartimos una sonrisa u otra emoción positiva con otra persona. Nuestras respiraciones y nuestras frecuencias cardíacas se sincronizan, lo que aporta grandes ventajas a nuestra salud y a nuestro bienestar.

Después de leer y aprender que la sonrisa es una fuente de vitalidad, felicidad y salud, ¿a qué esperas a compartir una sonrisa con tu hijo?

Acceso al documento original:

Buenos motivos para sonreír. KidsHealth. [Fecha consultada: 18/03/2015]