Una buena caligrafía es un indicador de un mejor aprendizaje

Los recursos adecuados pueden suponer una mejora en la caligrafía y, por tanto, en el desarrollo del aprendizaje y otras habilidades correspondientes.
Según un estudio coordinado por Kids 'Cluster, la Asociación cluster de productos infantiles de Cataluña y del que FAROS forma parte, se pone de manifiesto la importancia de la caligrafía en el proceso de aprendizaje de los más jóvenes, tanto para el desarrollo de competencias de lecto-escritura como para la psicomotricidad fina.
El estudio se realizó a lo largo del curso 2012 - 2013 y se dirigió a alumnos de sexto de primaria de varias escuelas de Cataluña. Las conclusiones son las siguientes:
- Un 70% de los alumnos mejoraron su caligrafía cuando incorporaron la pluma como utensilio de escritura.
- La mejor calidad del papel que han usado también ha facilitado una mejor caligrafía en los escritos.
- Esta mejora está claramente por encima de la que han experimentado los que no han cambiado de utensilio.
Consejos para los alumnos
Para la escritura con pluma o con tinta en gel, el papel con gramaje de 90 gr/m2 es especialmente adecuado porque permite una mejor absorción de la tinta y evita difuminados en el trazo. Los alumnos que tienen tendencia a presionar mucho el papel con su escritura verán aliviada esta tensión si usan pluma, que relaja el movimiento y la presión durante la escritura.
La escritura se modifica por diversas causas a considerar en el momento de evaluar una caligrafía y de facilitar unas condiciones adecuadas:
Endógenas o que derivan del propio individuo:
- Problemas de salud
- Estado de ánimo
- Cansancio
- Necesidad de gafas correctoras
Exógenas o de entorno, que son factores modificadores de la escritura:
- Calidad o tamaño de los utensilios
- Calidad y tamaño de los soportes (no es lo mismo una hoja estándar que una etiqueta adhesiva o una pizarra)
- Iluminación adecuada y suficiente
- Posición para escribir
- Tabla
- Silla
- Orientación de la hoja o soporte de escritura
Estos factores son especialmente importantes en el caso de los niños, dado que aún no han automatizado una buena caligrafía y, por tanto, su escritura es susceptible de recibir influencias exteriores.
Por ello se aconseja que los niños trabajen en buenas condiciones físicas y psíquicas, en un entorno adecuado y silencioso, y con la ventilación e iluminación adecuadas.
En cuanto al uso del papel pautado, es muy aconsejable hasta que no se haya alcanzado un dominio escritural (normalmente a los 14 años). El papel pautado no sólo permite lograr una correcta proporción entre las tres zonas de la letra: media, superior (las mayúsculas y las prolongaciones hacia arriba de la t, l, f, b o d) e inferior (en letras como q, p, f o g ), también facilita que el niño distribuya mejor el espacio interlineal y, más importante, el espacio entre letras y, sobre todo, entre palabras.
En cuanto al tamaño de la cuadrícula, se aconseja ir reduciéndola según se va progresando. Cuando hay dificultad o falta de habilidad escritural la letra tiende a hacerse mayor, y con mayor dominio se hace más pequeña. Así se aconseja comenzar con una cuadrícula de 5 mm o superior y reducirla a 4 mm cuando la letra ha madurado lo suficiente (hacia los 14 años).
Referencia bibliográfica:
Impacto de la escritura con pluma sobre la caligrafía de los niños. Kid's Cluster. [acceso 18 julio 2013]