«El asombro es no dar el mundo por supuesto»

12/01/2015

Entrevista a  Catherine l'Ecuyer, canadiense afincada en Cataluña, consultora, profesora de la Univerdiad y autora del libro "Educando en el asombro", nos hace reflexionar sobre algunos aspectos del sistema educativo y nos propone que fomentemos la educación de la sorpresa como motor para fomentar un aprendizaje más natural.

Estamos obligando a nuestros niños a vivir en un mundo frenético e híper exigente. ¿Por qué?

Pues porque nosotros vamos a ese ritmo, pero es un ritmo que no está en armonía con su mundo interior (de hecho tampoco lo está con el nuestro). Explico en el libro la anécdota de un niño que le pregunta a su madre “mamá, cuando estoy en el cole, ¿dónde tendría que estar?” La madre no entendía lo que le quería decir, y el niño le aclaró “cuando vuelvo del cole me dices que tendría que estar haciendo los deberes, cuando estoy haciendo los deberes dices que tendría que estar en el baño, cuando estoy en el baño dices que tendría que estar cenando y cuando estoy cenando me dices que tendría que estar lavándome los dientes. Así que cuando estoy en el cole... ¿dónde tendría que estar?”. Es como si los niños sintieran que siempre están en el lugar equivocado haciendo lo que no toca. Y es muy triste porque los únicos que saben vivir el momento, el instante presente, son los niños. Los estamos haciendo a nuestra medida, en vez de aprender de ellos.

Les estamos robando su presente. ¿Qué consecuencias crees que tiene?

Les estamos acortando su infancia. Las etapas de la vida (bebé, niño, adolescente, etc.) no se pueden adelantar y menos aún saltárselas porque si no las acabarán viviendo más adelante, cuando tal vez no toca, además de machacarles la autoestima. Veo a muchos adultos comportándose como niños y esto no tiene ningún sentido; el niño debe ser niño y el adulto debe ser adulto.

«Los niños nacen con el deseo de aprender»

Hay que respetar los tiempos y las etapas.

Exacto.

¿Los niños sienten miedo a tener que esforzarse?

El esfuerzo ha empezado a desaparecer del ámbito educativo cuando confundimos juego con diversión o entretenimiento. El juego es importante porque es un acto en el cual el niño está activo, es protagonista, está realizando algo. La diversión, en cambio, la entiendo como una actitud pasiva.

¿Para ti jugar con las Plays, etc, no es juego, es diversión o entretenimiento?

Sí. Jugar es correr por el campo, es imaginar, es estar con amigos y poner en marcha la  creatividad. En el aula considero que es necesario más juego y menos aprendizaje formal para que el niño se ponga más hacia dentro que hacia fuera, y pueda aprender desde el asombro.

Explícame esto de hacia dentro y hacia fuera.

Los niños nacen con el deseo de aprender, lo que Tomás de Aquino decía que es el asombro.

«El asombro es el deseo de conocer»

Es decir, que el asombro ayuda a aprender

El asombro es el deseo de conocer, el deseo que nos permite aprender. A los niños pequeños no es necesario motivarles, inculcarles el esfuerzo… un niño de 2 años investiga hasta alcanzar el enchufe y meter los dedos, esto lo sabemos todos los padres. Pues esto es aprender desde dentro hacia fuera, en una actitud proactiva, la de ir a buscar lo que hay en el exterior. Si ponemos la pantalla o la TV etc. a un niño de 2 años para que esté entretenido y quieto (en casa y también en los centros educativos) es cuando el niño aprende desde fuera hacia dentro, en una actitud pasiva, de apalanque, de esperar a que le llegue la información sin él moverse ni estar proactivo.

«No debemos engañar ni esconder a los niños que el mundo es lento»

Y ahí es cuando te dicen que se aburren

Sí, lo del Círculo de la diversión, que es cuando el niño se acostumbra, cada vez más, a estar sobre estimulado o entretenido desde fuera hacia adentro, cuando se apalanca y le cuesta enfocar su atención, cuando dice que se aburre si no se le siguen proporcionando estímulos. Porque cuando les sacamos la pantalla de delante se encuentra con una nueva realidad… la lentitud del mundo. ¡No debemos engañarles ni esconderles que el mundo es lento!!! 

Y entonces nos pasa que llega un momento en que el niño tiene que esforzase, pero le cuesta porque no está acostumbrado a hacerlo, a tener una actitud activa y de búsqueda.

«En la naturaleza los niños se dan cuenta de la grandeza de lo que hay fuera de ellos»

En La Granja experimentamos cada día la falta de consciencia de los niños en que el mundo es lento. En cada actividad nos preguntan ¿qué haremos luego?, y es que están tan pendientes del futuro, que no viven el presente, ni tampoco el futuro cuando llega. ¿Tal vez nos estamos alejando de lo esencial?

Lo esencial es respetar los ritmos de los niños, sus necesidades básicas y estar en contacto con la naturaleza, porque ésta es la primera ventana de asombro.  Allí, en un bosque, ellos se dan cuenta de la grandeza de lo que hay fuera de ellos. El asombro provoca agradecimiento, no dar las cosas por supuesto.

Constatamos el “Trastorno por déficit de naturaleza”  (teoría de Richard Louv).  Un 20% de los niños que vienen a La Granja, sólo están en contacto real con la naturaleza gracias a las colonias o excursiones que hacen con su colegio.

Estos niños lo que están desarrollando es un déficit de realidad, el de no darse cuenta de la cantidad de cosas que nos rodean que son artificiales o modificadas por el hombre. Como la anécdota de unos jóvenes que van con su padre de excursión, y después de un buen rato  caminando ven una magnífica puesta de sol. Y uno de los chicos dice “jolines papá, 2 horas caminado para ver un fondo de pantalla”.  Hay cada vez más niños con déficit de realidad, porque estrenan el mundo real a través del mundo digital.

«Sin reflexión no hay educación. Los niños necesitan silencio exterior para tener silencio interior»

¿Y eso qué provoca?

Provoca aislamiento,  déficit de belleza (pérdida del gusto por la belleza, porque lo natural es belleza verdadera, y la caída en el feísmo, como esos juguetes feos tan de moda). Y muy importante, los niños necesitan el silencio exterior para tener silencio interior.  El ruido ensordecedor del mundo acalla sus preguntas. Los adultos somos capaces de conseguir ese espacio de reflexión en medio del bullicio, pero los niños no.  Todos hemos recogido a nuestros pequeños de un Chiquipark con su corazón acelerado, porque en medio del caos, el niño también es caos.

¿Y ellos también tienen que practicar su capacidad de reflexión?

Sin reflexión no hay educación. Necesitan contemplar y pensar rodeados de silencio para tener sus propios criterios y poder filtrar toda la información que les llega o que buscan,  y ¡no esperar a que nos digan qué hemos de pensar!

Importante tener capacidad de filtrar la información

Sí porque con las nuevas tecnologías la información que tienen a su alcance es ilimitada y una sociedad sana necesita poder pensar por sí misma.

«El ruido ensordecedor del mundo acalla las preguntas de los niños»

Un adolescente nos dijo “nos educan para que tengamos una carrera universitaria y laboral, no para que podamos ir por el mundo y ser felices”

Ken Robinson dice “¿cómo vamos a educar pensando en el mercado, si no sabemos cómo será el mercado la semana que viene?” No tiene sentido amoldar la educación a las necesidades del mercado, porque es un enfoque utilitarista de las personas que no cuenta con sus palancas de motivación ni con su deseo interno de conocer. Es como pasar a todos los niños por una fábrica en vez de educarlos.

Frente al desánimo del sector educativo, ¿qué dirías?

Que las cosas, la educación, van a cambiar si las cambiamos. Si nos quejamos de cómo están las cosas y no hacemos nada ni tomamos medidas (leer, aprender nuevos recursos para educar, entender de donde vienen las dificultades, los problemas, etc.), nada cambiará en nuestro entorno.

«Un niño no es un recipiente vacío en el que sólo entran las cosas que nosotros metemos»

Los adolescentes también nos dicen que para ellos la escuela es poco útil.

La escuela pone, en general, más énfasis en la memorización y en la repetición que en el sentido, en el para qué hacemos las cosas.  Cuando un niño te pregunta ¿por qué hay tantas estrellas? Devuélvele la pregunta ¿y tú qué crees? El gran profesor es aquel que explica la lección con asombro, como si fuera la primera vez… ¡aunque tenga el pelo blanco!

¿Para qué hacemos las cosas, educar con sentido?

Hemos de preguntarnos ¿qué es un niño?, ¿Cómo aprende? Tener claro que no es un recipiente vacío en el que sólo entran las cosas que nosotros metemos (normas, lecciones y hábitos), sino que él tiene un deseo de ir hacia fuera, un deseo natural para captar la belleza o la verdad. Los niños no se pueden normalizar.

¿Cómo ayudar a la escuela?

Un colegio tendría que tener 3 patas: el ideario, la misión (¿a dónde vamos?, ¿para qué hacemos las cosas?) y el método educativo. Es imprescindible que en un colegio haya armonía entre estas 3 patas, porque si no van todas en la misma dirección hay una pérdida de sentido.

¿Y estas 3 patas también se podrían trasladar a las familias?

Claro que sí, para tener una identidad familiar, con valores claros, coherentes y de la que sentirás orgullo.

Pues familias, aquí os ponemos deberes para hacer, ¡definir las 3 patas que os sustentan para ser una familia con sentido!

Esta es una entrevista realizada por La Granja, Granja Escuela que se dedica íntegramente a la educación y a la enseñanza de niños y jóvenes en edad escolar a través de las emociones. 

La Granja contesta:

¿Cómo puedo educar a mi hijo en el asombro? 

¡Es más fácil de lo que parece!!! Los fines de semana intentan salir más al campo, a la playa o a la naturaleza. No les organices juegos como si te diera miedo que no supiera entretenerse solo. Deja a los pequeños caminar delante de ti, pararse ante todo aquello que les produzca curiosidad y obsérvalos mientras lo hacen porque ¡estarán asombrándose!!! Interésate por sus descubrimientos, por entender qué ven en cada rincón porque además sacarás ese niño que llevas dentro... y eso sienta ¡muy pero que muy bien!!! Y de paso conseguirás evitar el trastorno por déficit de naturaleza en tu hijo o hija, que provoca hiperactividad, obesidad y falta de concentración.

Y durante la semana, deja a tus pequeños un poco de tiempo libre; en el parque, con otros niños o contigo… pero aléjalos de los cachivaches tanto como te sea posible. Tal vez te ayude a mantenerte firme saber que jugando solo encerrado en su habitación no estará entrenando ninguna de sus habilidades sociales, básicas para ir por la vida, como la comunicación positiva para tener buenas relaciones con los demás, la autoestima para gustarse a sí mismo (y de paso a los demás), o el trabajo en equipo, imprescindible para el colegio y el trabajo.

Ah!!! Y además ¡podrás respirar naturaleza y escuchar el silencio del bosque!!! ¿No te apetece?