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Niña angustiada

¿Mi hijo es hipocondríaco? Estrategias para el correcto manejo

Niña angustiada

La primera pregunta que nos deberíamos hacer antes para responder la cuestión que da título a este artículo, es si alguno de los padres del niño es hipocondriaco. Los niños tienden a emular el comportamiento y las conductas de sus padres, en este contexto si el pequeño convive en un entorno en el que ante cualquier situación se genera una situación de miedo, tiene toda su lógica que el niño adquiera esa conducta como correcta y la incorpore en su forma de manejar las situaciones del día a día.

La Real Academia de la Lengua define el adjetivo de hipocondriaco, vinculado a la hipocondría, entendida ésta como una afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud.

Por tanto, se le da el valor de patología y por esa situación debemos de darle la atención e importancia que merece, con el ánimo de poder ofrecer herramientas para el correcto manejo de las situaciones que generen preocupación, angustia y estrés, y ante las que dicha conducta no sea comprensible. El DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), también le da la categoría de enfermedad. 

Diversos expertos se han preocupado por analizar las causas de la hipocondría. Algunos de los estudios han dejado constancia de una relación entre los trastornos imaginarios, vinculados con la hipocondría, y la depresión. Además de este aspecto, y el que comentábamos anteriormente de la imitación de la conducta de los padres, también se puede presentar la hipocondría vinculada a trastornos afectivos. Como siempre, conocer la causa nos ayudará a intervenir para evitar que la frecuencia del problema aumente.

La primera acción que deberemos llevar a cabo, supone estar atentos a cualquier signo o señal que nos alerte de que nuestro hijo puede ser hipocondriaco. Por tanto, deberemos considerar y darle la importancia que requieran a aquellas situaciones de la salud del niño, ante las que delante del malestar del niño comprobamos que realmente no hay asociado ningún síntoma y que por tanto, puede ser una situación ficticia o exagerada por el menor.

Una forma de evidenciar esta situación y hacerle ver al niño que se encuentra bien, es llevarle al médico y que el profesional le informe de su correcto estado de salud y que por tanto, su malestar viene motivado por algún miedo asociado.

Signos de alerta ante un niño con hipocondría

Algunos signos que nos pueden alertar, según su origen, podrían ser:

  • Preocupación constante por su propio cuerpo y por padecer diferentes enfermedades.
  • Ansiedad.
  • Temores sin correspondencia con el peligro real.
  • Cambios contrastados en su estado de ánimo.
  • Autoobservaciones continuadas y manipulación de diferentes partes de su cuerpo para comprobar su estado de salud. 
  • Dolor abdominal recurrente, no vinculado con ningún otro síntoma físico.
  • Pérdida de interés por asistir al colegio o por participar en determinadas actividades de ocio que sabemos que son de su interés (deporte, música, etc.).
  • Etc.

En segundo lugar, cuando ya somos conscientes de que posiblemente nuestro hijo sea hipocondriaco, la recomendación es analizar los posibles factores que puedan motivar dicha situación.

Algunos escenarios posibles que nos podemos encontrar son por ejemplo, la necesidad de llamar la atención, para que se le preste una mayor atención al niño respecto a otro hermano. Otra realidad, pueden ser situaciones de inseguridad ante una excesiva sobreprotección, que haga que el niño no vaya adquiriendo suficiente manejo de las situaciones que se presenten en el día a día, y ante esa situación el mecanismo de defensa adquirido es la manifestación de malestar físico o psíquico.

También se conoce la vinculación de la aparición de la hipocondría después de haber afrontado situaciones de alto sufrimiento psicológico, como sería la pérdida de un ser querido.

Recomendaciones para el manejo del niño hipocondríaco

Una vez identificadas las posibles causas, y ante las cuales el entorno familiar también deberá colaborar para corregirlas o mejorarlas siempre que sea posible, algunas recomendaciones o hábitos que sugerimos y que pueden facilitar un mejor manejo de las situaciones de riesgo del niño, son:

  • No le angusties ante situaciones que le puedan hacer sentir inseguro o que le causen algún tipo de dolor. Por ejemplo, si el niño se cae y se hace daño, deberemos calmarle y decirle que no se ha hecho un daño importante, que el dolor pasará pronto y que con nuestro cuidado mejorará rápido. 
  • Trabaja a nivel de comunicación las situaciones que se vayan presentando y que le generen algún tipo de miedo, y dótale de herramientas que le hagan relativizarlas. Por ejemplo, pensar en escenarios que pudieran ser más graves o complicados, hacerle recordar que la última vez que sintió un dolor no fue importante, que si le llevamos al médico cuando creemos que lo que le pasa no requiere de una visita médica, quizás haga que un niño que tenga un problema grave tenga que esperar más rato en la consulta para ser atendido, etc.
  • No mediques nunca a tu hijo, sin la prescripción médica que demuestre que esté enfermo, con el ánimo de conseguir un efecto placebo en el mismo. 
  • No le motives a faltar a la escuela, ante una enfermedad que sabes que no es probable. Si realmente el niño se encuentra mal, los maestros te contactarán para comentarte la situación y que lo lleves al médico, o le atenderá en primera instancia la enfermera del colegio si es que dispone de este tipo de profesionales. En ese sentido, ponte tu como ejemplo. Explícale que tu ante pequeñas molestias nunca faltas al trabajo y que lo más probable es que durante las horas siguientes la molestia de salud desparezca y que se encuentre mejor. 
  • Intenta conocer mejor a tu hijo y analiza los episodios en los que manifieste una conducta de hipocondría. Ello te ayudará a distinguir situaciones de enfermedad de las que son inventadas. Ten en cuenta que cualquier patología siempre da señales de alarma observables, por ti en primera instancia, o por un profesional médico… por tanto, si tú mismo no estás seguro de que su malestar esté vinculado con una enfermedad, lo más probable es que no sea así. Igualmente, te recomendamos que ante cualquier duda que pudieras tener, acudas al consejo médico para tu tranquilidad y la suya, pero siempre en la que haya un mínimo síntoma de evidencia de la enfermedad.
  • Trabaja con tu hijo recursos que le ayuden a conocer que sus miedos también los sienten otros niños, que son relativos y que al no ser graves no van vinculados a una situación de enfermedad. Ejercita junto con él la habilidad de transformar los pensamientos negativos en juicios razonables. Explícale que tú también sientes miedos e inseguridades, y cómo lo gestionas. Normalizar la situación y explicarle que sus sentimientos son también comunes en los adultos, le ayudará a ver que no sólo él se siente así y le permitirá sentirse comprendido.
  • Acude al consejo profesional. Si ves que la conducta de tu hijo de hipocondría no es puntual. Si se repite sin motivos y ves que no dispones de recursos para su mejora, la recomendación es llevarlo a un psicólogo infantil que le ayude a evitar que la situación empeore. 

Nuestra recomendación es observar las posibles situaciones que nos sirvan de sospecha conforme el niño pudiera ser hipocondríaco. Valorar las causas e intervenir lo antes posible, es esencial para su mejora.

La hipocondría se trata, se puede reducir o curar, por tanto, una actitud pasiva considerando que puede ser un atributo de la personalidad del niño no es conveniente. En este contexto, la familia es clave, los profesionales educativos también y en caso necesario el apoyo profesional resulta indispensable. 

Acceso a las fuentes de consulta:
Hypochondriasis. Child Mind Institute. [Fecha de consulta: 26/11/2015] 
Información básica sobre hipocondría. Child Mind Institute. [Fecha de consulta: 26/11/2015] 
¿Hay solución para los hipocondríacos?  El País. [Fecha de consulta: 26/11/2015] 

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  26/11/2015 Última modificación:  17/07/2023
hipocondriaco

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