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Cuidar los pies del deportista

Cuidar los pies del deportista

Cuidar los pies del deportista

La piel es el órgano responsable de funciones tan importantes como la termorregulación, las relaciones sensoriales con el medio ambiente o la protección frente a agresiones externas (infecciones, luz ultravioleta, traumatismos mecánicos...). Con la práctica del deporte, la piel puede sufrir alteraciones, sobre todo en los pies (infecciones por hongos, heridas, irritaciones...).

A continuación os ofrecemos pautas para su cuidado.

La importancia de cuidar la piel

Los pies nos molestan cuando la piel que los recubre sufre y muestra signos o síntomas de este sufrimiento. Las rozaduras, callosidades, verrugas, erosiones, por diversas razones hacen que pensemos en ellos y nos ocupemos en prevenir su aparición en el futuro.

La piel es el órgano de mayor tamaño de nuestro cuerpo. Tiene funciones muy importantes, como la termorregulación, las relaciones sensoriales con el medio ambiente, la protección frente a agresiones externas que pueda recibir nuestro cuerpo, infecciones, luz ultravioleta, traumatismos mecánicos, etc. y es un órgano donde se expresan muchas enfermedades sistémicas. Por eso es importante conocer su estado y entender en qué momentos está sufriendo o se intenta defender.

En el ámbito del deporte, hay frecuentes alteraciones que puede sufrir la piel, sobre todo en los pies, como por ejemplo infecciones por hongos, heridas, irritaciones o hiperqueratosis (callos y duricias).

En general, lo más importante es identificar qué nos pasa, consultando al especialista, para identificar el porqué. Nunca debemos olvidar que las alteraciones de la piel tienen una causa y debemos actuar correctamente para detectar problemas que pueden ser perjudiciales para nuestra salud.

Cuidado básico de los pies. La higiene

  1. Los pies deben lavarse diariamente con jabón o gel de ph ácido y agua templada o fría.
  2. Hay que secarlos bien. Siempre por contacto y no por fricción, para evitar hacerse heridas. Hay que prestar especial atención a los espacios interdigitales. Dejarlos húmedos facilita la aparición de hongos. 
  3. Se debe procurar mantener la piel hidratada con el uso diario de crema hidratante, excepto en los espacios interdigitales. 
  4. El corte de las uñas debe ser recto. Si es difícil hacerlo por roturas o malformaciones hay que acudir al podólogo.
  5. Las durezas y los callos se deben tratar con piedra pómez. No utilizar tijeras o utensilios cortantes, ni callicidas o abrasivos, para evitar hacer heridas. 
  6. Al calzarse hay que evitar calcetines ajustados, que compriman y dificulten la circulación, o aquellos muy holgados, para evitar arrugas que pueden lesionar el pie. 
  7. Procurar que los calcetines sean de fibras naturales, de lana o algodón, por ejemplo. Hay que cambiarlos diariamente, y hasta dos y tres veces si hay exceso de sudoración. 
  8. Utilizar calzado adecuado, tanto para la actividad a desarrollar como para el pie. Evitar calzados inestables, zapatos muy ajustados, o, todo lo contrario, usar calzado muy holgado o con los cordones desabrochados. Usar sandalias en espacios públicos como duchas o piscinas.
  9. Muchos deportistas necesitan usar plantillas mientras están creciendo para ofrecer un buen apoyo y no ocasionar molestias en el resto del cuerpo. Deben ser orientadas siempre por un podólogo.
  10. Evitar auto-tratarse y visitar al podólogo con una cierta asiduidad, al menos una vez al año

El lavado de los pies

El lavado del pie debe hacerse con agua fría o tibia y con jabón o gel de pH ácido 5.5 que es similar al de la piel durante un tiempo máximo de 10 minutos. No es conveniente el uso de jabones básicos o neutros porque pueden alterar el ecosistema del pie y hacerlo vulnerable a las infecciones. Tampoco es recomendable añadir fórmulas caseras al agua, como bicarbonato o sal, ya que no tienen poder terapéutico y resecan la piel. No se ha demostrado que el empleo de sal, bicarbonato, vinagre u otros productos tenga efectos terapéuticos en los pies.

Secarse los pies

La humedad favorece las infecciones por hongos, bacterias o virus, por lo que es importante secar bien el pie, especialmente entre los dedos, con una toalla o gasa por tocado y sin friccionar la piel para evitar lesiones.

Hidratación del pie

Hay que emplear cremas hidratantes con lanolina o vaselina en toda la superficie del pie, especialmente en el talón, donde suelen aparecer callosidades y grietas, pero siempre en pequeñas cantidades. Un truco muy aceptado por algunos deportistas es aplicar un poco de vaselina en todo el pie y después secarlo con papel o incluso lavarlo ligeramente, para evitar el exceso de vaselina y que solo quede una muy leve capa adherida a la piel. Esta acción disminuye enormemente la aparición de lesiones por roce del calcetín sobre la piel.

Cortar las uñas

Por regla general las uñas se cortan rectas, sin cortar los picos y siguiendo en la medida de lo posible la morfología del dedo. Siempre hay que dejar que el borde libre de la uña sobresalga uno o dos milímetros por delante del pulpejo del dedo.

Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Publicación:  02/11/2016 Última modificación:  18/07/2023

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